viernes, 6 de marzo de 2020
Una alta felicidad moral -A. W. Tozer
Salmos 66:16
Venid, oíd todos los que teméis a Dios, Y contaré lo que ha hecho a mi alma.
En mi propio ser, no podría existir durante mucho tiempo como cristiano sin tener la conciencia interior de la presencia y cercanía de Dios. Solo puedo estar bien manteniendo el temor de Dios en mi alma y deleitándome en el fascinante arrebato de la alabanza. Me pone triste que el poderoso sentir del temor piadoso sea una cualidad que falta en las iglesias hoy día. El temor de Dios es esa "reverencia atónita". Diría que puede tener distintos grados, desde su elemento más básico (el terror de un alma culpable frente a un Dios santo) hasta el fascinado arrebato del santo que adora. Existen unas pocas cosas en nuestras vidas que están si cualificar, pero creo que el temor reverencial de Dios, mezclado con amor, fascinación, asombro y adoración, es el estado más disfrutable y la emoción más purificadora que pueda conocer el alma humana. Un verdadero temor de Dios es algo hermoso, porque es adoración, es amor, es veneración. ¡Es una alta felicidad moral, causada porque Dios es!
Señor tu dijiste que el temor de ti es el principio de toda sabiduría. Quiero ser sabio. Te temeré incluso mientras te adoro y te alabo.
-A.W. Tozer
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