1 Timoteo 4:12
No permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza.
Las iglesias cristianas de nuestros días han perdido mucho al rechazar el ejemplo de las buenas personas, eligiendo en su lugar la "celebridad del momento" como patrón. Hemos de estar de acuerdo que es muy improbable que sepamos cuales son nuestros hombres más grandes. Sin embargo, una cosa es segura: Las personas más grandes vivas a día de hoy son las más buenas. Eso no es algo sujeto a debate. Las virtudes espirituales pasan inadvertidas, y las personas santas y humildes no van anunciándose a sí mismas ni permiten que otras lo hagan por ellas. El cristiano que es celoso por avanzar la causa de Cristo puede comenzar viviendo en el poder del Espíritu de Dios, reproduciendo la vida de Cristo a ojos de los hombres. En profunda humildad y sin ostentación, puede dejar su luz brillar. En resumen: El argumento más efectivo a favor del cristianismo sigue siendo las buenas vidas de aquellos que lo profesan.
Señor, te oro para que pase mi tiempo viviendo mi vida para tu gloria, no intentando parecer que vivo para ti solo para aumentar mi propia gloria. Tú eres el maestro, y yo solo la vasija a la que tú das forma.
-A.W. Tozer
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