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Salmos 73:10-14
10 Por eso el pueblo de Dios vuelve a este lugar,
y beben las aguas de la abundancia.
11 Y dicen: ¿Cómo lo sabe Dios?
¿Y hay conocimiento en el Altísimo?
12 He aquí, estos son los impíos,
y, siempre desahogados, han aumentado sus riquezas.
13 Ciertamente en vano he guardado puro mi corazón
y lavado mis manos en inocencia;
14 pues he sido azotado todo el día
y castigado cada mañana.
El salmista concluye que una buena vida no le ha traído riqueza o libertad de los problemas (versículo 12), y, por tanto, ha sido "en vano" (versículo 13). No obstante, esto desenmascara su corazón. Su obediencia no era una forma de agradar a Dios, sino más bien un medio para obtener de Dios lo que le agradaba a él. Cuando le decimos a Dios "te serviré solamente si sucede X", entonces es ese X lo que amamos, y Dios es solo la herramienta necesaria para obtenerlo. El impacto de admitir esto es lo que comienza a dar claridad a la mente del salmista. En cada circunstancia difícil de la vida podemos escuchar a Dios decirnos "Ahora veremos si acudiste a mí para conseguir que te sirva, o para que me pudieras servir".
Señor, me resiento de mi servicio por ti cuando la vida no me va como desearía. No te amo tanto como las cosas buenas que espero obtener de ti. Oh, ilumina mi mente y corazón para ver tu hermosura y amarte solo por ti mismo. Esto no es solo lo correcto, sino también mi verdadero gozo.
Amén.
-Tim Keller
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