martes, 28 de enero de 2020

Respetando el juicio de Dios


Una de los episodios más destacables del juicio de Dios sucedió en el Antiguo testamento, en el caso de Elí. Elí era un juez y sacerdote de Israel. Era un hombre mayormente piadoso, pero sus hijos eran malvados y profanaron la casa de Dios. Elí advirtió a sus hijos, pero no puso freno a lo que hacían. Dios dijo que juzgaría la casa de Elí, y lo reveló a Samuel.

1 Samuel 3:11-13 dice:

11 Y el Señor dijo a Samuel: He aquí, estoy a punto de hacer una cosa en Israel la cual hará retiñir ambos oídos a todo aquel que la oiga. 12 Ese día cumpliré contra Elí todo lo que he hablado sobre su casa, desde el principio hasta el fin. 13 Porque le he hecho saber que estoy a punto de juzgar su casa para siempre a causa de la iniquidad que él conocía, pues sus hijos trajeron sobre sí una maldición, y él no los reprendió. 

Cuando Elí insistió en saber lo que Dios había dicho, Samuel finalmente se lo contó. Al escuchar sus palabras, Elí dijo: "El Señor es, que haga lo que bien le parezca" (versículo 18).

Lo que le pareció bien a Dios fue castigar a la casa de Elí. Elí reconoció la Palabra de Dios cuando la escuchó porque entendía su carácter. Un Dios que no es necesario temer no es Dios, sino un ídolo hecho por nuestras propias manos.

Elí dijo: "El Señor es, que haga lo que bien le parezca". ¿Puedes afirmar esto desde las profundidades de tu corazón en los tiempos difíciles tanto como en los buenos?

-R. C. Sproul


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