sábado, 4 de enero de 2020
La doctrina de la regeneración - D. L. Moody
Juan 3:4-5
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
La doctrina de la regeneración acaba con todas las religiones falsas y todas las opiniones engañosas con respecto a la Biblia o a Dios. Un amigo mío me contó que, en una de sus reuniones, un hombre se le acercó y le mostró una lista de preguntas diciéndole: "Me haré cristiano si usted me contesta satisfactoriamente a estas preguntas". "¿No cree usted...", dijo mi amigo, "...que sería mejor que acudiera primero a Cristo, y después considerara estas preguntas?". El hombre pensó que era un buen consejo. Después de haber recibido a Cristo como Salvador y Maestro, volvió a mirar su lista de preguntas y le pareció que ya habían sido contestadas.
Nicodemo, acudió al Señor con el ánimo turbado, y Cristo le dijo: "Tienes que nacer de nuevo". Jesús le trató de una forma que no esperaba... Doy gracias a nuestro Señor por haber hablado de la regeneración a este príncipe de los judíos, a este doctor de la ley, en lugar de hacerlo con la mujer del pozo de Samaria, Mateo el publicano, o Zaqueo. Si hubiera reservado la enseñanza de esta doctrina para estos tres u otros similares, el pueblo habría dicho: "¡Oh, sí, estos publicanos y rameras necesitan convertirse, pero yo soy un hombre bueno y justo, y no lo necesito!". Supongo que Nicodemo era uno de los mejores hombres del pueblo de Jerusalén. Que yo sepa, no hay nada escrito contra Él.
La Biblia nos enseña que el hombre por naturaleza es malo, vicioso y perverso, y nuestra experiencia lo confirma. Sabemos también que el mejor y más santo de los seres humanos, si se aparta de Dios, muy pronto cae en el pecado.
-D.L. Moody
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