Filipenses 1:9
Y esto pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento.
Frecuentemente las oraciones de Pablo reflejaban su preocupación porque sus lectores maduraran espiritualmente. Esto es algo imposible sin oración, porque el crecimiento espiritual depende del poder del Espíritu Santo, al cual se accede mediante la oración.
La oración es tan vital que Jesús instruyó a sus discípulos a que oraran en todo tiempo en Lucas 18:1. Pablo nos ordena "orar sin cesar" en 1 Tesalonicenses 5:17. Pedro dijo "Sean pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración" (1 Pedro 4:7).
Las Escrituras contienen muchos otros mandatos a la oración, pero la verdadera prueba de tu espiritualidad es tu compulsión a orar, no simplemente la obediencia a los mandamientos. Como cristiano, existes en un reino espiritual en el que la oración es tan natural como lo es respirar en el reino natural. Tal y como la presión atmosférica ejerce fuerza sobre tus pulmones obligándote a respirar, tu entorno espiritual te obliga a orar. Resistir cualquiera de estos impulsos lleva a resultados devastadores.
Cuanto más veas la vida a través de los ojos de Dios, más te verás guiado a orar. En ese sentido tus oraciones revelan tu nivel de madurez espiritual. Pablo oraba con urgencia día y noche porque compartía el amor de Dios por Su pueblo y Su preocupación por su madurez espiritual.
Examina tus oraciones. ¿Oras porque sientes que es tu deber o te sientes inclinado a orar? ¿Oras con poca frecuencia o con brevedad? ¿Se centran tus oraciones en tus propias necesidades o en las necesidades de otros? Estas importantes preguntas indican tu nivel de madurez espiritual y proporcionan pautas para realizar los cambios necesarios en tu vida de oración.
-John MacArthur
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