sábado, 15 de febrero de 2020

Salmos 75:6-10 - Tim Keller

Salmos 75:6-10

6 Porque ni del oriente ni del occidente,
ni del desierto viene el enaltecimiento;

7 sino que Dios es el juez;
a uno humilla y a otro ensalza.

8 Porque hay un cáliz en la mano del Señor, y el vino fermenta,
lleno de mixtura, y de este Él sirve;
ciertamente lo sorberán hasta las heces y lo beberán todos los impíos de la tierra.

9 Pero yo lo anunciaré para siempre;
cantaré alabanzas al Dios de Jacob.

10 Quebraré todo el poderío de los impíos,
pero el poderío del justo será ensalzado.

En las imágenes bíblicas, un cáliz o copa significaba una experiencia penosa. El cáliz lleno de vino que fermenta, es el de la ira divina sobre los que hacen mal, la experiencia final de infinito castigo que hizo que incluso el corazón del Hijo de Dios se angustiara (Mateo 26:42). Aun así Jesús abrazó la voluntad de Dios en la cruz y bebió el cáliz por nosotros, sabiendo que sin importar lo aterrador que fuera, el gozo por estar con nosotros se encontraría al otro lado. Nosotros somos su recompensa (ver Isaías 40:10). Cuando nos enfrentamos en nuestra vida con algún aspecto de la voluntad de Dios del que quisiéramos huir, hemos de abrazarnos estrechamente a Jesús y susurrar "Hágase tu voluntad". Entonces podemos esperar el gozo de estar con Él.

Padre, no puedo comenzar a alabar y agradecerte por tu inestimable regalo. Porque Cristo, mi amado Salvador, bebió el vino de tu fiera ira. Qué amarga copa debería yo, si Él no hubiera bebido esa copa por mí.

Amén

-Tim Keller

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