sábado, 29 de febrero de 2020

¿Qué es el contentamiento? - Reflexión puritana

1 Timoteo 6:6

Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.

¿Qué es el contentamiento?

(1) Es estar pleno, en oposición a una insatisfacción de la mente que surge de algún vacío o deficiencia. Una persona está contenta cuando su alma es plena porque posee aquello que es adecuado para todos sus deseos y necesidades. La autosuficiencia inherente es algo que solo pertenece a Dios, pero existe una autosuficiencia dependiente, derivada y prestada que posee toda persona que tiene gracia. El que tiene a Dios por su Dios, y que, por tanto, posee el bien universal, tiene todo lo que puede desear o necesitar, y así, en ese sentido prestado, ¡es autosuficiente! Nos hacemos autosuficientes por medio del interés en Dios que nos proporciona el pacto, y luego cuando mejoramos y vivimos en Dios. Hasta que se logra esto, no hay autosuficiencia, solo un camino de vacío, sin contento o satisfacción. El único bien en la criatura es un bien defectuoso y finito, que no puede dar respuesta a los deseos del alma. El corazón está insatisfecho y sin descanso. Pero Dios es un bien perfecto y completo, que lo incluye todo. Si una persona llega a poseer a Dios, queda satisfecha y todos sus deseos reciben respuesta. Teniendo a Dios lo tiene todo, y, por consiguiente, también el contentamiento. Podemos estar contentos con el más pequeño bienestar de una criatura, pero alguien que no tiene a Dios no estará contento en todo.

(2) El contentamiento yace en restringir y moderar nuestros deseos por las posesiones terrenales, de forma que el corazón no esté anhelando más y más, sino que esté bien contento con la proporción asignada por Dios. Es lo opuesto a la codicia. El codicioso nunca piensa tener suficiente; cuanto más tiene, más quiere. El contentamiento suprime estos deseos extravagantes y exhorbitantes, ¡y disfruta de lo que tiene con alegría!

(3) Es una calma mental en cada condición y ocurrencia de la providencia. Cuando a alguien le gusta cualquier cosa que Dios haga con él, se somete con calma, sin angustia ni murmuración, aun cuando frustre sus deseos naturales. Piensa siempre bien de Dios, y de cualquier estado en el que Él se agrade en ponerte.

-Thomas Jacombe

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