Salmos 85:8
Escucharé lo que dirá Dios el Señor,
porque hablará paz a su pueblo, a sus santos;
pero que no vuelvan ellos a la insensatez.
El Dios viviente ha hablado a la humanidad perdida de varias maneras. La respuesta general entre nosotros ha sido: "No hemos escuchado Su voz, no hemos escuchado nada". Juan registró en su evangelio las reacciones de una audiencia de personas que escuchó de manera audible hablar a Dios. Cuando Jesús habló de su futura muerte y pidió a Dios que glorifica Su nombre a través de la misma, "vino una voz del cielo [diciendo]: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez" (Juan 12:28).
Y, ¿cuál fue la reacción de los que estaban allí? Juan 12:29 dice "la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado". La gente prefiere su propia lógica, sus poderes de razonamiento. Incluso cuando Dios habla, se niegan a reconocer Su voz. No confiesan que Dios ha hablado por medio de Jesucristo, el Hijo eterno. Cuando este confronta a las personas con su pecado, consultan con un psiquiatra y esperan poder "ajustar" sus personalidades. Pero llegará un día en que toda rodilla se doble y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor de todo.
Señor, enséñame a valorar tu voluntad por encima de la mía. Hazme receptivo y que responda a lo que mandas.
-A.W. Tozer
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