miércoles, 26 de febrero de 2020
Edificando sobre los fundamentos -R.C. Sproul
Hebreos 6:1-3
1 Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe hacia Dios, 2 de la enseñanza sobre lavamientos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. 3 Y esto haremos, si Dios lo permite.
Descartes dudaba de todo lo que podía dudar hasta que llego al punto donde se dio cuenta de que había algo de lo que no podía dudar. No podía dudar de que estaba dudando. Dudar de que estaba dudando demostraba que tenía dudas sin ninguna duda.
Desde esa premisa de que la duda era indudable, Descartes apeló a la certeza formal de las leyes de inferencia inmediata. Utilizando una deducción impecable, concluyó que dudar exigía que estuviera pensando, ya que los pensamientos son necesarios para dudar. Desde ahí, quedó a un corto paso de su famoso axioma "pienso, luego existo". Finalmente, Descartes llegó a la certeza, a la seguridad de su propia existencia.
La lección que aprendemos de Descartes es la siguiente: Cuando nos vemos asaltados por las dudas, es el momento de buscar diligentemente los principios que son ciertos. Edificamos sobre el fundamento de lo que sabemos que es seguro. Esto afecta a toda la estructura de la apologética, que es cuestión de orden.
Reflexiona en los principios fundamentales de Hebreos 6:1-3. ¿Tienes un buen entendimiento de dichos principios?
-R.C Sproul
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