domingo, 29 de diciembre de 2019

Salmos 72:8-14




Salmos 72:8-14

8 Domine él de mar a mar,
y desde el río hasta los confines de la tierra.

9 Dobléguense ante él los moradores del desierto,
y sus enemigos laman el polvo.

10 Los reyes de Tarsis y de las islas traigan presentes;
los reyes de Sabá y de Seba ofrezcan tributo;

11 y póstrense ante él todos los reyes de la tierra;
sírvanle todas las naciones.

12 Porque él librará al necesitado cuando clame,
también al afligido y al que no tiene quien le auxilie.

13 Tendrá compasión del pobre y del necesitado,
y la vida de los necesitados salvará.

14 Rescatará su vida de la opresión y de la violencia,
y su sangre será preciosa ante sus ojos.

Las razas y naciones, que siempre están en guerras unas con otras, en este salmo se ofrecen en servicio (versículos 10 y 11). No lo hacen porque hayan sido conquistadas, sino más bien porque han sido atraídas como un imán por la perfecta justicia y compasión de su rey (versículos 12 al 14). Ningún rey terrenal se ha parecido jamás a este. Esta sanidad del conflicto racial y la eliminación de la pobreza y la injusticia son las marcas del reino de Dios, pero los gobiernos, incluso los mejores, ni siquiera se le acercan. Sin embargo, cuando Jesús nació, se le ofrecieron regalos que vinieron desde lejos (ver Mateo 2:1-12), y cuando la iglesia fue establecida, las razas comenzaron a unificarse (ver Efesios 2:11-22) y los necesitados comenzaron a ser ayudados (ver Hechos 2:44-45; y 4:32-36). El reino de Dios había entrado en la historia.

Señor, dale poder a tu iglesia para ganar el mundo, no solo proclamando tu Palabra, sino también personificándola. Haz que nuestras congregaciones sean lugares donde vemos a todas las razas y clases reconciliadas de formas que no se vean en otras partes sobre la faz de la tierra. Amén.

-Tim Keller.

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