miércoles, 25 de diciembre de 2019

Extracto de "El progreso del peregrino" por John Bunyan



Salmos 38:4 

Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza;
como pesada carga, pesan mucho para mí.

Soñé y he aquí que vi a un hombre vestido con harapos, de pie con un libro en la mano, y una gran carga sobre su espalda. Seguí mirando y le vi abrir el libro, y mientras lo leía, tembló y rompió en un lamentable llanto diciendo "¿Qué he de hacer para ser salvo?". Un hombre llamado Evangelista se acercó a Él y le preguntó "¿Por qué lloras?". El hombre respondió "Me he dado cuenta por el libro que tengo en mis manos que estoy condenado a morir, y que esta carga en mi espalda me hundirá cada vez más bajo, hasta la tumba". Entonces Evangelista dijo: "Huye de la ira venidera. Ve directamente hacia la luz brillante en la puerta del poste, y te dirán qué es lo que tienes que hacer". Su esposa y su hijo comenzaron a llorar tras él para que volviera, pero el hombre corrió diciendo "¡Vida, vida eterna!".

Al cabo del tiempo, el hombre llegó a la puerta, y sobre la puerta estaba escrito "Llama y se te abrirá". Él llamó diciendo "¿Puedo entrar? vengo de la ciudad de la destrucción y voy hacia el monte de Sión, para ser librado de la ira por venir". El Señor Buena Voluntad, que estaba en la puerta, le dijo: "¿Ves ese camino estrecho?, es por ahí que debes ir. Puedes distinguir lo correcto de lo incorrecto por esto: el camino correcto es de paso estrecho". El camino por el que el cristiano tenía que ir, estaba encerrado a ambos lados con muros, y ese muro se llamaba Salvación. Por este camino corrió el cargado Cristiano, pero no sin dificultad, a causa de la carga en su espalda. Corrió hasta que llegó a un lugar algo elevado, y en ese lugar había una cruz, y, un poco más abajo, un sepulcro. Así que ví en mi sueño que, tan pronto como Cristiano llegó a la cruz, su carga se soltó de sus hombros, cayó de su espalda, y fue dando tumbos hasta la boca del sepulcro, donde cayó, y ya no la vi más.

-John Bunyan

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