domingo, 22 de diciembre de 2019
Dios nos ama primero, luego nos limpia - D.L. Moody
Lucas 15:20-22
20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
Hace como ocho años hubo una gran agitación en todo el país por el secuestro de un niño de cuatro años llamado Charles Ross. Dos hombres que pasaban en un carruaje se detuvieron y le preguntaron a él y a su hermano mayor si querían dulces. Se llevaron al niño menor en el carruaje y dejaron al mayor. Durante muchos años se hicieron investigaciones en todos los estados y territorios. Se enviaron hombres a la Gran Bretaña, a Francia y a Alemania, pero todo fue infructuoso y el niño no apareció. La madre todavía vive con la esperanza de volver a ver a su hijo, perdido por tanto tiempo.
Supongamos que la madre del niño estuviera en un templo y que, mientras el orador estuviera predicando, viera allí entre los oyentes al hijo que por tanto tiempo ha perdido. Supongamos que allí estuviera, pobre, sucio y harapiento, descalzo, sin chaqueta ¿qué haría ella? ¿Esperaría que estuviera lavado y decentemente vestido para reconocerlo como hijo? No; saltaría de su asiento para abalanzarse sobre él y estrecharle entre sus brazos. Después de eso le lavaría y vestiría.
Lo mismo hace Dios, Él nos ama y nos lava. Me imagino que alguno dirá "Si Dios me ama, ¿por qué no me hace bueno?" Dios quiere y busca hijos para el cielo, y no quiere autómatas ni esclavos. Él podría forzar nuestros obstinados corazones, pero no quiere sino atraernos hacia si con los lazos del Amor.
Él quiere que os sentéis con él en el banquete nupcial del Cordero; quiere lavaros y haceros más blancos que la nieve. Quiere que caminéis con Él por el pavimento de cristal en ese mundo bienaventurado. Quiere adoptaros en el seno de su familia y haceros hijos del cielo. ¿Pisotearéis ahora su amor, o os entregaréis a Él?
-D.L. Moody
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