Salmos 78:54-58
54 Los trajo, pues, a su tierra santa,
a esta tierra montañosa que su diestra había adquirido.
55 Y expulsó a las naciones de delante de ellos;
las repartió con medida por herencia,
e hizo habitar en sus tiendas a las tribus de Israel.
56 Empero ellos tentaron y provocaron al Dios Altísimo,
y no guardaron sus testimonios,
57 sino que se volvieron atrás y fueron desleales como sus padres;
se desviaron como arco engañoso.
58 Pues le provocaron con sus lugares altos,
y despertaron sus celos con sus imágenes talladas.
El principal fallo de Israel es que el pueblo se volvió del Dios viviente para adorar a los ídolos, como dice el versículo 58. La idolatría es la base de lo que está mal con la raza humana, como vemos en Romanos 1:21-25. Cualquier cosa que funcionalmente sea más importante para ti que Dios es un ídolo. Cualquier cosa que ames más que a Dios, incluso algo bueno como tu cónyuge, tu hijo o una causa social, es un dios falso. Debido a que amamos estas cosas más que a Dios, nos vemos destrozados con un temor e ira incontrolables cuando se ven amenazadas, y con un desespero inconsolable cuando las perdemos. Hasta que identifiques tus ídolos no puedes entenderte a ti mismo. Hasta que te vuelvas de ellos, no puedes conocer y caminar con Dios.
Señor, tengo inclinación a convertir cosas buenas en ídolos. Cosas que simplemente debería recibir con agradecimiento, y que busco para tener el contentamiento y seguridad que solamente tú puedes darme. El ídolo más querido que conozca, sea cual sea, ayúdame a arrancarlo de tu trono, y adorarte solamente a ti. Amén.
-Tim Keller.
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