Hebreos 3:15
Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
Los que lloran por el pecado son bendecidos, porque esto es algo que previene la tristeza eterna. No existe pecador sobre la faz de la tierra que en algún momento u otro no haya de acabar comprendiendo lo que significa el pecado. Tal y como se ha determinado en el cielo que todos los seres humanos deben morir una vez, está determinado que todos alguna vez tenga tristeza. Esta es una regla cierta: has de sentir tristeza por el pecado y arrepentirte. ¡Es mucho mejor tener tristeza por el pecado cuando todavía puede ser perdonado, que tener tristeza por él cuando no haya ayuda posible! Si llega a suceder que pasas tus días aquí en alegría, y nunca llegas a sentir el peso del pecado sobre tu espíritu, te está reservada como porción la tristeza eterna, y el tener la carga de pecado sobre ti durante toda la eternidad. Pero, ¡benditos los que lloran ahora, los que sienten ahora la carga del pecado! Están sintiendo la tristeza en un tiempo en que tienen esperanza de ser librados de la maldad del pecado durante toda la eternidad.
El llanto nos adecua para recibir la gracia de Dios en Cristo. ¡Cuán dulce es una gota de misericordia! Vale más que diez mil mundos.
-Jeremiah Burroughs
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