Jeremías 29:5-7: "5 Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. 6 ... 7 Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Yahweh; porque en su paz tendréis vosotros paz"
Si esto era cierto para los exiliados en Babilonia, parece que sería aún más cierto para los exiliados cristianos en este mundo, que es muy "babilónico". ¿Qué debemos hacer entonces?
Tenemos que hacer las cosas ordinarias que se necesitan: Construir casas, vivir en ellas, plantar jardines. Esto no nos contamina si lo estamos haciendo para el verdadero Rey y no solo para el ojo agradando al hombre.
Buscar el bien del lugar donde Dios nos ha enviado. Pensemos que hemos sido enviados allí por Dios, porque realmente es así.
Oremos al Señor en favor de nuestra ciudad. Pidamos que le sucedan cosas buenas y grandes. Es evidente que Dios no es indiferente a su bienestar, y una razón de ello es esto: en el bienestar de la ciudad, su pueblo también obtiene bienestar.
Esto no quiere decir que debamos abandonar nuestra orientación de exiliados. De hecho, hacemos más bien a este mundo si nos mantenemos libres de sus atracciones engañosas. Serviremos mejor a nuestra ciudad obteniendo nuestros valores de la "ciudad por venir" (Hebreos 13:14). La manera en que haremos más bien a nuestra ciudad, es llamando a tantos de sus ciudadanos como podamos a que sean ciudadanos de la "Jerusalén de arriba" (Gálatas 4:26)
Vivamos de manera que los nativos quieran conocer a nuestro Rey.
https://www.youtube.com/watch?v=Ja0fAJvtPm8
Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/seek-your-city-s-good
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