Salmos 40:8: "Él hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado..."
¿Cómo hace el hecho de ser nacido de Dios que sus mandamientos sean un deleite en lugar de una carga?
El apóstol Juan dice: "Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe". En otras palabras, la forma en que ser nacido de Dios vence a la mundanalidad que hace que los mandamientos de Dios sean una carga, es engendrando fe. Esto se confirma en el versículo 1, que dice, literalmente: "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios".
La fe es la evidencia de que hemos nacido de Dios. No nos hacemos nacer de nuevo a nosotros mismos decidiendo creer. Es Dios quien nos dispone a creer haciendo que nazcamos de nuevo. Como dijo Pedro en su primera carta en 1 Pedro 1:3, Dios "nos hizo renacer para una esperanza viva". Nuestra esperanza viva, o fe en la gracia venidera, es obra de Dios a través del nuevo nacimiento.
Así que cuando Juan dice: "Todo aquel que ha nacido de Dios vence al mundo", y luego añade "y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe", creo que quiere decir que Dios nos capacita, mediante el nuevo nacimiento, para vencer al mundo, esto es, para vencer la falta de inclinación mundana a guardar los mandamientos de Dios. El nuevo nacimiento logra esto creando la fe, que evidentemente incluye una disposición a vernos agradados, en lugar de repelidos, por los mandamientos de Dios.
Es por tanto la fe la que vence nuestra hostilidad innata a Dios y su voluntad, y la que nos libera para guardar sus mandamientos y decir junto con el salmista: "Él hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado..."
https://www.youtube.com/watch?v=kbO1Vazc_5s
Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/pleased-with-his-precepts
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