Salmos 51:1: "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones"
Eso es lo que Dios había prometido en Éxodo 34:6-7:
6 ¡El Señor!¡El Señor! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;7 que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado.
Nosotros sabemos más de lo que sabía David acerca de este misterio de redención. Conocemos a Cristo. Pero nos apropiamos de la misericordia de la misma forma en que David lo hizo.
Lo primero que hace David es saber que no puede hacer nada y acudir a Dios. En el día de hoy hemos de saber que no podemos hacer nada, y acudir a Cristo.
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