2 Tesalonicenses 1:11-12: "Siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo"
Pablo dijo que nosotros cumplimos nuestros propósitos de bondad "con su poder" (en el versículo 11). Y luego añade al final del versículo 12 "por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo". El poder que obra en nuestras vidas para hacer posible que exaltemos a Cristo en obediencia es, de hecho, una extensión de la gracia de Dios.
Puedes ver esto también en 1 Corintios 15:10:
Por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo
Esta gracia que hace que el poder de Dios se mueva hacia ti en un determinado momento, es tanto pasada como futura. Ya ha hecho algo por ti o en ti, y por eso es pasada, pero también está a punto de hacer algo en ti y por ti, y por eso es futura. Tanto si se trata de dentro de cinco segundos como de cinco millones de años.
La gracia de Dios es como un río inagotable que viene del futuro y que termina en la cascada del presente cayendo sobre nosotros y pasando al depósito de gracia del pasado. En los próximos cinco minutos, llegará gracia para sostenerte que fluye desde el futuro, y acumularás otros cinco minutos de gracia en el depósito del pasado.
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