Salmos 51:8, 12: "Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente"
La razón por la que no lo hace es porque David sabe que el pecado sexual es un síntoma, no la enfermedad.
La gente cede al pecado sexual porque no tiene la plenitud de gozo y alegría en Cristo. Sus espíritus no son constantes, firmes y establecidos. Flaquean. Son seducidos y ceden porque Dios no tiene el lugar que debería en sus sentimientos y pensamientos.
David sabía esto de sí mismo. Y es cierto también en nosotros. David nos muestra, en su forma de orar, cuál es la verdadera necesidad para aquellos que pecan en el área sexual - el gozo en Dios.
Esto es profunda sabiduría para nosotros.
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