Un escultor estaba cincelando de rodillas las piernas de una estatua cuando un predicador pasó al lado de él. Al ver como el artista asestaba certeros golpes al cincel moldeando la figura, el predicador le dijo:
- Me gustaría poder dar esos golpes transformadores en los corazones de los hombres.
El escultor paró por unos instantes su trabajo y mirando al predicador dijo:
-Quizás puedas hacerlo si trabajas como yo: de rodillas.
**¿Te gustaría ver una colección de carteles cristianos? visita el enlace: Carteles Cristianos
Extraído de una predicación por John McArthur "How to Pray".
miércoles, 28 de diciembre de 2011
jueves, 15 de diciembre de 2011
Quita el resentimiento para una vida mejor
El resentimiento solo produce más dolor y aumenta el poder y la influencia en tu vida de aquello contra lo que te resientes. No hay motivo para que una situación negativa te convierta a tí mismo en negativo. Siempre hay muchas otras opciones.
No dejes que tu actitud se vea envenenada por la de otras personas o situaciones. Siempre puedes elegir una perspectiva que te haga crecer en sabiduría y carácter en cada situación.
Pon el propósito en tu vida de sacar lo mejor de todo lo que sucede para tu propio crecimiento espiritual, en lugar de simplemente reaccionar sin pensar a cada cosa que venga.
Basado en un post por Ralph Marston en http://greatday.com/
No dejes que tu actitud se vea envenenada por la de otras personas o situaciones. Siempre puedes elegir una perspectiva que te haga crecer en sabiduría y carácter en cada situación.
Pon el propósito en tu vida de sacar lo mejor de todo lo que sucede para tu propio crecimiento espiritual, en lugar de simplemente reaccionar sin pensar a cada cosa que venga.
Basado en un post por Ralph Marston en http://greatday.com/
sábado, 30 de julio de 2011
Cómo superar un mal hábito
Por John MacArthur
Un mal hábito normalmente está conectado con creencias y actitudes erróneas. No deberíamos querer cambiar un mal hábito simplemente porque sea embarazoso, caro, poco saludable o porque nos haga sentir culpables. Más bien deberíamos querer que se cumpla el propósito mayor que Dios tiene para nuestras vidas. Hasta que no lidiemos con las creencias erróneas que debilitan nuestra resistencia al mal hábito, sólo tendremos un éxito limitado superándolo.
El Cristiano debe ver que los malos hábitos tienen un fondo espiritual. No debemos dudar a la hora de llamarlos pecados. Y debemos darnos cuenta de que los medios de santificación descritos en la Escritura (sobre todo la palabra de Dios y la oración) son esenciales para superar tales hábitos.
Somos responsables de nuestros propios pecados, incluyendo aquellos en que nos resulta fácil caer. El hecho de que hagamos algo mal de manera habitual no nos libera de responsabilidad. Por el contrario, pueden hacer que el pecado sea aún peor. Debemos tomar responsabilidad personal sobre nuestros propios hábitos y no evitar llamarlos pecado.
Los hábitos pecaminosos no son problemas insuperables para el Cristiano. Después de todo, el Espíritu santo habita en nosotros y trabaja para conformarnos a la imagen de Cristo. Y Si Dios está con nosotros ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31). Además Gálatas 5:16 afirma "caminad por el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne." y 1 Corintios 10:13 es una promesa de que Dios no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar. Si hacemos uso de los recursos provistos por Dios a través del Espíritu y Su Palabra, podemos atacar cualquier hábito sabiendo que podemos vencer.
Primero, recuerda que el pecado comienza en la mente. Santiago 1:14-15 compara a una persona que cae en pecado con un pez o animal que es cazado con un cebo. Ve el cebo, lo desea y es atrapado en el proceso de hacerse con él. De la misma forma, los pecados que nos esclavizan comienzan en la mente.
La persona que roba primero piensa en lo que quiere. Luego piensa en un plan para conseguirlo. Después de haberlo elaborado en su mente, lo lleva a cabo. Podría haber detenido el pecado en su mente antes de que se completase en una acción. Por eso es que las Escrituras nos dicen que hemos de renovar nuestras mentes (Romanos 12:2), para pensar en cosas buenas (Filipenses 4:8) y que meditemos en la Palabra (Salmos 1:2).
Derrotar un hábito también requiere un cambio en el estilo de vida. No hemos de hacer provisión para la carne (Romanos 13:14). La persona que quiere dejar de fumar debería tirar todos sus cigarrillos y no comprar más; la persona que se debate con el pecado sexual debería deshacerse de cualquier material sugestivo que tenga en su posesión. Evitar la compañía de aquellos que tienen el mismo problema (1 Corintios 15:33) y evitar los lugares y circunstancias que lo tientan.
Finalmente, no intentes luchar sólo contra un mal hábito. Desarrolla relaciones con Cristianos más maduros que te animen y te apoyen (Gálatas 6:2). Pasa tiempo en oración con ellos. Pídeles que te "pidan cuentas" regularmente, y se honesto con tus fallos (Santiago 5:16).
El cambio bíblico no es sólamente apartarse del pecado, sino tomar un giro hacia la rectitud. La persona que miente debe hablar la verdad (Efesios 4:25). El que roba no sólo debe parar de robar, sino que debe trabajar y dar a otros (Efesios 4:28); y el que tiene mal lenguage debe aprender a edificar a otros (Efesios 4:29). No sólo parar de pecar, comenzar a hacer lo que es correcto. Los buenos hábitos que construyas reemplazarán los pecaminosos.
Traducido de: http://m.gty.org/Resources/Questions/QA142
Un mal hábito normalmente está conectado con creencias y actitudes erróneas. No deberíamos querer cambiar un mal hábito simplemente porque sea embarazoso, caro, poco saludable o porque nos haga sentir culpables. Más bien deberíamos querer que se cumpla el propósito mayor que Dios tiene para nuestras vidas. Hasta que no lidiemos con las creencias erróneas que debilitan nuestra resistencia al mal hábito, sólo tendremos un éxito limitado superándolo.
El Cristiano debe ver que los malos hábitos tienen un fondo espiritual. No debemos dudar a la hora de llamarlos pecados. Y debemos darnos cuenta de que los medios de santificación descritos en la Escritura (sobre todo la palabra de Dios y la oración) son esenciales para superar tales hábitos.
Somos responsables de nuestros propios pecados, incluyendo aquellos en que nos resulta fácil caer. El hecho de que hagamos algo mal de manera habitual no nos libera de responsabilidad. Por el contrario, pueden hacer que el pecado sea aún peor. Debemos tomar responsabilidad personal sobre nuestros propios hábitos y no evitar llamarlos pecado.
Los hábitos pecaminosos no son problemas insuperables para el Cristiano. Después de todo, el Espíritu santo habita en nosotros y trabaja para conformarnos a la imagen de Cristo. Y Si Dios está con nosotros ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31). Además Gálatas 5:16 afirma "caminad por el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne." y 1 Corintios 10:13 es una promesa de que Dios no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar. Si hacemos uso de los recursos provistos por Dios a través del Espíritu y Su Palabra, podemos atacar cualquier hábito sabiendo que podemos vencer.
Algunas sugerencias prácticas
Primero, recuerda que el pecado comienza en la mente. Santiago 1:14-15 compara a una persona que cae en pecado con un pez o animal que es cazado con un cebo. Ve el cebo, lo desea y es atrapado en el proceso de hacerse con él. De la misma forma, los pecados que nos esclavizan comienzan en la mente.
La persona que roba primero piensa en lo que quiere. Luego piensa en un plan para conseguirlo. Después de haberlo elaborado en su mente, lo lleva a cabo. Podría haber detenido el pecado en su mente antes de que se completase en una acción. Por eso es que las Escrituras nos dicen que hemos de renovar nuestras mentes (Romanos 12:2), para pensar en cosas buenas (Filipenses 4:8) y que meditemos en la Palabra (Salmos 1:2).
Derrotar un hábito también requiere un cambio en el estilo de vida. No hemos de hacer provisión para la carne (Romanos 13:14). La persona que quiere dejar de fumar debería tirar todos sus cigarrillos y no comprar más; la persona que se debate con el pecado sexual debería deshacerse de cualquier material sugestivo que tenga en su posesión. Evitar la compañía de aquellos que tienen el mismo problema (1 Corintios 15:33) y evitar los lugares y circunstancias que lo tientan.
Finalmente, no intentes luchar sólo contra un mal hábito. Desarrolla relaciones con Cristianos más maduros que te animen y te apoyen (Gálatas 6:2). Pasa tiempo en oración con ellos. Pídeles que te "pidan cuentas" regularmente, y se honesto con tus fallos (Santiago 5:16).
El cambio bíblico no es sólamente apartarse del pecado, sino tomar un giro hacia la rectitud. La persona que miente debe hablar la verdad (Efesios 4:25). El que roba no sólo debe parar de robar, sino que debe trabajar y dar a otros (Efesios 4:28); y el que tiene mal lenguage debe aprender a edificar a otros (Efesios 4:29). No sólo parar de pecar, comenzar a hacer lo que es correcto. Los buenos hábitos que construyas reemplazarán los pecaminosos.
Traducido de: http://m.gty.org/Resources/Questions/QA142
lunes, 13 de junio de 2011
Buscad y hallaréis
Aunque suene tópico decirlo, nunca se consiguió nada sentado en un sillón. De acuerdo que pueden surgir ideas geniales, pero de nada sirven si no se ponen en práctica.
Es necesario buscar para encontrar, hacer para recoger, seguir intentando para lograr. Cuando alguien no tiene ganas de hacer nada se le suele decir "¡¡vamos que tu puedes!!" no es tanto la cuestión de si se puede o no. La cuestión es hacerlo.
Ponte en movimiento. Algo lograrás. Piensa que simplemente un mensaje puede cambiar la vida de una persona, escribir algo puede motivar a alguien que lo lea. Ir por el pan, hacer cualquier recado quizás no parezca mucho, pero todo son cosas necesarias. Para sentirte útil, haz, busca, llama.
Si estás deprimido, nunca busques sentirte útil antes de moverte. Así no funciona. Friega los platos, ayuda a tu madre o a un amigo, aprende sobre un tema en internet, toca un instrumento o simplemente pide en oración al que todo lo puede. La oración no es pasividad, sino búsqueda activa.
Sólo las cosas muertas no buscan. ¡Aún estás vivo!
Es necesario buscar para encontrar, hacer para recoger, seguir intentando para lograr. Cuando alguien no tiene ganas de hacer nada se le suele decir "¡¡vamos que tu puedes!!" no es tanto la cuestión de si se puede o no. La cuestión es hacerlo.
Ponte en movimiento. Algo lograrás. Piensa que simplemente un mensaje puede cambiar la vida de una persona, escribir algo puede motivar a alguien que lo lea. Ir por el pan, hacer cualquier recado quizás no parezca mucho, pero todo son cosas necesarias. Para sentirte útil, haz, busca, llama.
Si estás deprimido, nunca busques sentirte útil antes de moverte. Así no funciona. Friega los platos, ayuda a tu madre o a un amigo, aprende sobre un tema en internet, toca un instrumento o simplemente pide en oración al que todo lo puede. La oración no es pasividad, sino búsqueda activa.
Sólo las cosas muertas no buscan. ¡Aún estás vivo!
miércoles, 6 de abril de 2011
Como descubrir tu propósito en la vida en unos 20 minutos
El objetivo de este ejercicio es descubrir el verdadero propósito de tu vida. No el que te han querido meter en la cabeza, no lo que haces todos los días, sino la verdadera razón por la que estás aquí.
Puede que seas una persona que no cree en estas cosas, pero aún así eso no evita que tengas un propósito y que puedas descubrirlo. En ese caso en lugar de unos 20 minutos pueden convertirse en 40 o 60, pero aún debería funcionar. Además ¿que puedes perder por invertir unos minutos de tu vida?
Este es el método:
1) Si eres creyente, haz una oración pidiendo a Dios que te ayude a revelarte tu propósito
2) Coge una hoja de papel en blanco o abre un nuevo documento en un procesador de textos (lo segundo es preferible por rápidez, pero ambas cosas valen).
3) Escribe en la parte alta ¿Cuál es mi propósito en la vida?
4) Escribe una respuesta (cualquier respuesta) que aparezca por tu cabeza. No tiene porque ser muy elaborada, con una frase corta basta.
Repite el punto 4 hasta que escriba la respuesta que te haga llorar. Ese es tu propósito.
Normalmente lleva unos 15-20 minutos para que todas las respuestas falsas se limpien de tu mente, pero cuando llegue la correcta sentirás como si viniese desde un sitio distinto que las demás.
También puede que te lleve un poco más. Persiste. No importa que llegues a las 100 o 200 respuestas o tardes 1 hora. Tampoco que muchas respuestas sean similares o se acerquen al mismo tema, escribe cualquier respuesta que llegue a tu cabeza y continúa. Puede que después de un rato quieras abandonar, pero persevera y el sentimiento de resistencia se irá.
También hay posibilidad de que algunas respuestas te emocionen sin llegarte a hacer llorar. Márcalas y continúa, porque es más que posible que formen parte de tu propósito pero individualmente no estén completas. Quiere decir que estás comenzando a entrar en calor. Continúa.
Es mejor hacer esto sólo y sin interrupciones. Si quieres empezar colocando "no tengo propósito" o "la vida no tiene sentido" puedes hacerlo y continuar desde ahí, si continúas al final llegarás.
Haz pausas y relaja tu mente durante un par de minutos si lo necesitas. Probablemente en esas pausas vengan nuevas respuestas y después de ese descanso se acerquen más al objetivo.
Cuando encuentres tu propia respuesta, sentirás que retumba profundamente dentro de tí. Las palabras parecerán tener una energía especial y sentirás que te energizas cada vez que las leas.
Descubrir tu propósito es la parte fácil, lo difícil es cumplirlo caminando diariamente por conseguirlo.
Extraído y traducido de un artículo original en www.stevepavlina.com
Puede que seas una persona que no cree en estas cosas, pero aún así eso no evita que tengas un propósito y que puedas descubrirlo. En ese caso en lugar de unos 20 minutos pueden convertirse en 40 o 60, pero aún debería funcionar. Además ¿que puedes perder por invertir unos minutos de tu vida?
Este es el método:
1) Si eres creyente, haz una oración pidiendo a Dios que te ayude a revelarte tu propósito
2) Coge una hoja de papel en blanco o abre un nuevo documento en un procesador de textos (lo segundo es preferible por rápidez, pero ambas cosas valen).
3) Escribe en la parte alta ¿Cuál es mi propósito en la vida?
4) Escribe una respuesta (cualquier respuesta) que aparezca por tu cabeza. No tiene porque ser muy elaborada, con una frase corta basta.
Repite el punto 4 hasta que escriba la respuesta que te haga llorar. Ese es tu propósito.
Algunos consejos adicionales
Normalmente lleva unos 15-20 minutos para que todas las respuestas falsas se limpien de tu mente, pero cuando llegue la correcta sentirás como si viniese desde un sitio distinto que las demás.
También puede que te lleve un poco más. Persiste. No importa que llegues a las 100 o 200 respuestas o tardes 1 hora. Tampoco que muchas respuestas sean similares o se acerquen al mismo tema, escribe cualquier respuesta que llegue a tu cabeza y continúa. Puede que después de un rato quieras abandonar, pero persevera y el sentimiento de resistencia se irá.
También hay posibilidad de que algunas respuestas te emocionen sin llegarte a hacer llorar. Márcalas y continúa, porque es más que posible que formen parte de tu propósito pero individualmente no estén completas. Quiere decir que estás comenzando a entrar en calor. Continúa.
Es mejor hacer esto sólo y sin interrupciones. Si quieres empezar colocando "no tengo propósito" o "la vida no tiene sentido" puedes hacerlo y continuar desde ahí, si continúas al final llegarás.
Haz pausas y relaja tu mente durante un par de minutos si lo necesitas. Probablemente en esas pausas vengan nuevas respuestas y después de ese descanso se acerquen más al objetivo.
Cuando encuentres tu propia respuesta, sentirás que retumba profundamente dentro de tí. Las palabras parecerán tener una energía especial y sentirás que te energizas cada vez que las leas.
Descubrir tu propósito es la parte fácil, lo difícil es cumplirlo caminando diariamente por conseguirlo.
Extraído y traducido de un artículo original en www.stevepavlina.com
8 Formas de levantar el espíritu
Nuestro espíritu se aflige y nos falta motivación en más de una ocasión. Las soluciones normales que se nos proponen van desde salir de juerga hasta irnos de compras o a un spa. En este post queremos proponerte alternativas más tranquilas y "ecológicas" para ayudarte a levantar el ánimo.
Dar un paseo: Una de las formas más simples de levantar el espíritu es salir a caminar. Doy fé de esto; cuando en la universidad estaba agobiado por las largas horas de estudio, un paseo de 20 o 30 minutos me dejaba renovado para seguir estudiando unas cuantas horas más. Sentir el aire, dejar los ojos libres de las 4 paredes para mirar lejos, y el beneficido de que tus piernas y corazón se muevan un poco se hacen notar enseguida.
Trabajar en el jardín: Algunos afortunados tendrán la posibilidad. Otros podemos conformarnos con algunas macetas. El punto es que sentir que plantas algo que se convertirá en fruta fresca, vegetales o flores te hará sentir mejor y traerá paz y relax a tu vida.
Organizar o hacer limpieza: Recientemente, por iniciativa de mi esposa, hicimos una limpieza general, y desde entonces me siento más activo al llegar a casa. Aunque por pereza cuesta arrancar, el mismo proceso de organizar tu casa también te distrae y te motiva. Al fin y al cabo estás mejorando el sitio en que vives. Una vivienda desorganizada o sucia apaga el ánimo, una limpia y organizada lo levanta.
Donar cosas que ya no utilizas: Al hacer limpieza o organizar suelen salir a la luz cosas viejas que hace siglos que no usas (viejos libros, reproductores de CD, ropa, películas...) dáselos a alguien a quien pueda aprovechar y enseguida te sentirás mejor. Recuerda que es más bienaventurado dar que recibir. Aún mejor puede resultar dar de tu tiempo para ayudar a alguien si estás desmotivado y sin nada que hacer. Siempre hay grupos de caridad, pero también puedes ayudar a algún amigo o familiar a hacer algo. Te sentirás mejor.
Compra alguna planta: Si te dan ansias por comprar, intenta comprar algunas plantas. Estas acercan los beneficios de la naturaleza a casa, y ayudan a combatir la polución dentro del hogar, oxigenando y haciendo que sus habitantes estén de mejor humor.
Abre las ventanas: Sentir el viento entrar a tu casa ayudará a levantarte el espíritu. El aire fresco siempre es mejor que el aire cerrado dentro de la casa.
Mímate un poco: Puedes darte un pequeño tratamiento de spa en casa. Un baño calentito con sales y espuma, calentar agua y darte vapores, utilizar aceites o si eres afortunado, que tu pareja te de algún masaje. Todo sin necesidad de gastar mucho dinero Aquí hay algunas ideas.
Comer algo que te anime de forma natural: El azucar y chocolate pueden dar un empujón, pero siempre hay formas más naturales de animarte con las comidas. Prueba a utilizar algún alimento que te anime.
Como ves, no es necesario tanto para animarnos un poco. Lo que más cuesta es romper la tendencia a estar sentado o tirado y dejarnos deprimir. Ponte en marcha y prueba alguna de estas soluciones.
Basado en un artículo de Biofriendly.com
http://biofriendly.com/blog/environment/8-environmentally-friendly-ways-to-lift-your-spirits/
**¿Te gustaría ver una colección de carteles cristianos? visita el enlace: Carteles Cristianos
Dar un paseo: Una de las formas más simples de levantar el espíritu es salir a caminar. Doy fé de esto; cuando en la universidad estaba agobiado por las largas horas de estudio, un paseo de 20 o 30 minutos me dejaba renovado para seguir estudiando unas cuantas horas más. Sentir el aire, dejar los ojos libres de las 4 paredes para mirar lejos, y el beneficido de que tus piernas y corazón se muevan un poco se hacen notar enseguida.
Trabajar en el jardín: Algunos afortunados tendrán la posibilidad. Otros podemos conformarnos con algunas macetas. El punto es que sentir que plantas algo que se convertirá en fruta fresca, vegetales o flores te hará sentir mejor y traerá paz y relax a tu vida.
Organizar o hacer limpieza: Recientemente, por iniciativa de mi esposa, hicimos una limpieza general, y desde entonces me siento más activo al llegar a casa. Aunque por pereza cuesta arrancar, el mismo proceso de organizar tu casa también te distrae y te motiva. Al fin y al cabo estás mejorando el sitio en que vives. Una vivienda desorganizada o sucia apaga el ánimo, una limpia y organizada lo levanta.
Donar cosas que ya no utilizas: Al hacer limpieza o organizar suelen salir a la luz cosas viejas que hace siglos que no usas (viejos libros, reproductores de CD, ropa, películas...) dáselos a alguien a quien pueda aprovechar y enseguida te sentirás mejor. Recuerda que es más bienaventurado dar que recibir. Aún mejor puede resultar dar de tu tiempo para ayudar a alguien si estás desmotivado y sin nada que hacer. Siempre hay grupos de caridad, pero también puedes ayudar a algún amigo o familiar a hacer algo. Te sentirás mejor.
Compra alguna planta: Si te dan ansias por comprar, intenta comprar algunas plantas. Estas acercan los beneficios de la naturaleza a casa, y ayudan a combatir la polución dentro del hogar, oxigenando y haciendo que sus habitantes estén de mejor humor.
Abre las ventanas: Sentir el viento entrar a tu casa ayudará a levantarte el espíritu. El aire fresco siempre es mejor que el aire cerrado dentro de la casa.
Mímate un poco: Puedes darte un pequeño tratamiento de spa en casa. Un baño calentito con sales y espuma, calentar agua y darte vapores, utilizar aceites o si eres afortunado, que tu pareja te de algún masaje. Todo sin necesidad de gastar mucho dinero Aquí hay algunas ideas.
Comer algo que te anime de forma natural: El azucar y chocolate pueden dar un empujón, pero siempre hay formas más naturales de animarte con las comidas. Prueba a utilizar algún alimento que te anime.
Como ves, no es necesario tanto para animarnos un poco. Lo que más cuesta es romper la tendencia a estar sentado o tirado y dejarnos deprimir. Ponte en marcha y prueba alguna de estas soluciones.
Basado en un artículo de Biofriendly.com
http://biofriendly.com/blog/environment/8-environmentally-friendly-ways-to-lift-your-spirits/
**¿Te gustaría ver una colección de carteles cristianos? visita el enlace: Carteles Cristianos
martes, 5 de abril de 2011
Alimentos para animarte
Lo que comemos puede tener una gran influencia en nuestro estado de ánimo dado que somos seres compuestos de cuerpo, alma y espíritu y estos no están separados, sino que interactúan entre sí.
Sin necesidad de echar mano a los helados o al chocolate, en la naturaleza podemos encontrar algunos alimentos que producen bienestar emocional. Veamos algunos ejemplos.
Manteca de Coco: Contienen Cetonas y triglicéridos de cadena media que alimentan el cerebro. Quizás no tan fácil de encontrar en España, pero la solución es fácil: ¡¡Cómete el coco entero!! :)
Espinacas: Promueven la producción de serotonina, un neurotransmisor que está asociado con la felicidad.
Plátanos / bananas: También ayudan a producir serotonina, y para que engañarnos, no todos somos como Popeye. A la mayoría nos gusta más comernos un platano que un plato de espinacas.
Semillas de Girasol: Las pipas de toda la vida. Contienen glutamina, que es utilizada para convertir la energía a nivel de nuestras células, por tanto nos reenergizan.
Aún puedes encontrar más alimentos en estos artículos:
Alimentos para sentirte mejor
Alimentos que te animan
Alimentos que levantan el ánimo
Traducido de un artículo en nutritionresearchcenter.org
Sin necesidad de echar mano a los helados o al chocolate, en la naturaleza podemos encontrar algunos alimentos que producen bienestar emocional. Veamos algunos ejemplos.
Manteca de Coco: Contienen Cetonas y triglicéridos de cadena media que alimentan el cerebro. Quizás no tan fácil de encontrar en España, pero la solución es fácil: ¡¡Cómete el coco entero!! :)
Espinacas: Promueven la producción de serotonina, un neurotransmisor que está asociado con la felicidad.
Plátanos / bananas: También ayudan a producir serotonina, y para que engañarnos, no todos somos como Popeye. A la mayoría nos gusta más comernos un platano que un plato de espinacas.
Semillas de Girasol: Las pipas de toda la vida. Contienen glutamina, que es utilizada para convertir la energía a nivel de nuestras células, por tanto nos reenergizan.
Aún puedes encontrar más alimentos en estos artículos:
Alimentos para sentirte mejor
Alimentos que te animan
Alimentos que levantan el ánimo
Traducido de un artículo en nutritionresearchcenter.org
lunes, 4 de abril de 2011
Empieza por lo fácil
"Empezar por lo fácil hace fácil lo difícil"
Leí una vez esta frase en un libro de matemáticas cuando era pequeño, y aún no se me olvida.
A veces la tarea que tenemos por delante parece tan enorme que no sabemos por donde empezar. Otras veces es un conjunto de tareas el que tenemos entre manos y no es claro cual es la más prioritaria. Considera en estos casos empezar por lo más fácil.
¿Tienes un montón enorme de hojas que estudiar y varios trabajos? comienza leyendo la primera hoja que tienes que estudiar. Seguramente entrarás en calor y pronto estás metido de lleno en el estudio-
¿Tienes que planchar, hacer la compra e ir al banco, todo en una mañana? comienza haciendo la lista de lo que tienes que comprar. Ahorrarás tiempo cuando realmente vayas al super.
¿200 correos que revisar? comienza limpiando el spam y contestando los más cortos.
Uno de los motivos porque se empieza calentando antes de un entrenamiento es porque permite introducirse en él con algo fácil. Si te encuentras desmotivado por tanto que has de hacer, motívate sabiendo que si comienzas por lo sencillo, al menos cumplirás con algo. Mucho mejor que quedarse paralizado.
Leí una vez esta frase en un libro de matemáticas cuando era pequeño, y aún no se me olvida.
A veces la tarea que tenemos por delante parece tan enorme que no sabemos por donde empezar. Otras veces es un conjunto de tareas el que tenemos entre manos y no es claro cual es la más prioritaria. Considera en estos casos empezar por lo más fácil.
¿Tienes un montón enorme de hojas que estudiar y varios trabajos? comienza leyendo la primera hoja que tienes que estudiar. Seguramente entrarás en calor y pronto estás metido de lleno en el estudio-
¿Tienes que planchar, hacer la compra e ir al banco, todo en una mañana? comienza haciendo la lista de lo que tienes que comprar. Ahorrarás tiempo cuando realmente vayas al super.
¿200 correos que revisar? comienza limpiando el spam y contestando los más cortos.
Uno de los motivos porque se empieza calentando antes de un entrenamiento es porque permite introducirse en él con algo fácil. Si te encuentras desmotivado por tanto que has de hacer, motívate sabiendo que si comienzas por lo sencillo, al menos cumplirás con algo. Mucho mejor que quedarse paralizado.
Porque te amó
"Es la gracia asombrosa la que no sólo salva al principio, sino que restaura a la oveja perdida cuando se ha salido del camino. Oh, vosotros cristianos que os mantenéis caminando con Dios por su divina gracia, tenéis mucho por lo que alabarle, debéis bendecirlo cada día de vuestra vida; pero los que habéis caído y os habéis echado a un lado, si el Señor os trajera de vuelta deberíais rendir doble diligencia y siete veces más amor. Deberíais ser como la mujer que rompió el frasco de alabastro sobre la cabeza de Cristo, sentir que no puedes hacer bastante por ese tan querido Señor y Salvador que vió todas tus rebeliones y aún así te amo. Te amó porque te amó, no porque fueses encantador, sino porque te amó; no porque lo merecieses, sino porque te amó. Esto debería convertirte en el más escogido de los Cristianos, esto debería ponerte al frente de los campeones del Señor en el día de la batalla."
De un sermón por Charles Haddon Spurgeon titulado "Mercy's Master Motive" www.thedailyspurgeon.com
miércoles, 30 de marzo de 2011
La Salvación
Siempre había pensado que era una buena persona.
Nunca había matado a nadie, ni robado nada de gran importancia. Sólo había dicho alguna que otra mentira leve para salir de alguna situación comprometida, como aquel día que llegué al tarde al trabajo porque me quedé dormido y le eché la culpa al tráfico.
Sin embargo un día escuché que el hombre es malo en lo más íntimo del corazón y por naturaleza. La persona que lo decía estaba completamente convencida de ello, y al principio mi reacción a estas palabras fue de rechazo frontal. ¿Cómo podía ese tipo decir tal cosa?. Hay personas que ayudan a los demás. Hay personas que salvan vidas. De acuerdo, no es la mayoría de la gente, pero tampoco somos tan malos. La mayoría, como yo mismo, nunca había matado, ni violado ni, robado a alguien. La mayoría de la gente es amiga de sus amigos, quieren a sus familias, y no se meten con nadie.
Sin embargo esas palabras me impactaron, y un día meditando en ellas escarbé en lo más profundo de mi ser. No me gustó nada lo que ví. ¿Cuántas veces no había tenido un pensamiento asesino cuando alguien se me cruzaba de mala forma en la carretera? ¿Cuántas veces no había pensado maldades de algún amigo, o incluso hablado mal de él a sus espaldas? ¿Cuántas veces había sentido envidia por lo que tienen otros y los había criticado cuando en realidad lo que quería es tener las mismas cosas? ¿Cuántas veces había tenido fantasías con otras personas? ¿Cuántas veces no había despreciado las palabras de mis padres y había contestado con desprecio? ¿Cuántas no había sido indiferente a una persona que necesitaba que la escuchasen porque tenía otras cosas que hacer?.
Ciertamente había una semilla de mal en lo más profundo de mi ser, y no sólo se quedaba en pensamientos, muchas veces había pasado a la acción en forma de gritos y conductas violentas. Me di cuenta de que había personas en mi memoria a las que odiaba y no podía perdonar. La mayoría de las veces, estos malos pensamientos eran controlados y me comportaba bien. Pero con las personas que mejor me conocían (mi madre, mi pareja, mis amigos, mi hermano) me irritaba con mucha más facilidad y las hería con mucha menos dificultad. Es curioso como podía sacar mucha más maldad en un entorno que consideraba seguro. Era más fácil comportarme correctamente en un ambiente donde no me conocían ya que no quería que pensasen mal de mí. Al final se trataba sólo de mí.
Era innegable que el egoísmo y la maldad estaba en lo más profundo y que este era el primer impulso para todo. No se trataba de lo que yo hacía externamente, que solía ser correcto. Se trataba de lo que yo era.
Y por más que lo intentara, no podía cambiar eso. Intenté rechazar esas actitudes y pensamientos, portarme un poco mejor. Pero no podía eliminar esa semilla de maldad del todo. Nadie puede.
Sólo Dios puede hacerlo.
Pero como muchos, había elegido vivir sin Él. ¡Oh sí! era creyente. Sabía que "algo" debía existir, aunque no me importaba demasiado. Pero ahora que me daba cuenta de mi naturaleza, del mal en mi interior, también sabía que un ser perfecto no estaría nada contento conmigo. A todos nos irrita cuando vemos a alguien que hace algo mal, sobre todo si nos afecta. Nos gusta que en el restaurante nos atiendan con una sonrisa, que nos traten bien y no con mala cara. Nos gusta que si el banco se equivoca y nos carga 20 euros por error, nos los devuelva y no vuelva a ocurrir. Queremos perfección a nuestro alrededor aunque nosotros mismos no seamos perfectos.
En un principio pensé que Dios sería comprensivo con mis defectos, que al fin y al cabo no era tan malo. Pero ¿cómo podría Dios llenar el cielo de personas así?. ¿De qué serviría perdonar a los hombres sin más, si todos iban a estar pensando mal unos de otros en su interior, envidiando o no perdonando?. Un cielo así se parecería demasiado a la Tierra.
Comencé a ver a Dios como un artista perfecto. Y en la creación dibujada por su mano todo debería ser igualmente perfecto. Cualquier dibujo imperfecto sólo podía esperar ser arrancado y tirado a la papelera, para ser quemado después.
Y yo no podía ser ese dibujo perfecto. Sólo Dios podía convertirme en esa persona que yo no era. En una persona purificada con un nuevo corazón:
Ezequiel 36:26
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne
Y esta es la forma en que Dios lo hizo: El mismo en la forma de su Hijo se hizo hombre, vivió como los hombres deberían vivir. Nunca hubo maldad en su pensamiento ni en su corazón. Después cargó con las imperfecciones, con los pecados de los demás hombres y sufrió la muerte en un madero castigado por su padre, en favor de nosotros.
El Hijo del Gran Artista, del Gran Dibujante, se convirtió a sí mismo en dibujo. Un dibujo perfecto, que cargó con las imperfecciones de los otros dibujos, y que fue arrugado y roto en lugar de ellos, a fin de que pudiesen vivir.- Isaías 53:4-5.
Al iluminarse mi mente y entender, mis lágrimas rodaron. Me arrodillé y oré:
"Señor Jesús. Me arrepiento de ser quien soy, de todas las veces que he pecado y me duele saber que por mis fuerzas nunca podré dejar de hacerlo, me duele tanto ser así... ahora sé que tu sufriste el castigo en mi lugar, que pagaste el precio por mí con tu sangre. Hoy quiero decirte que renuncio a intentar cambiarme a mí mismo, viviendo mi vida sin tí. Sólo tú puedes hacerlo. Házmelo Señor. Entra en mi vida, conviértete en mi amo, en mi Señor, en mi Padre y haz de mí la persona que tu quieres que yo sea"
Él prometió a los que creen en su nombre que ya no serán más un dibujo imperfecto que se tira al fuego, sino hijos de Dios, en camino a la perfección.
Juan 3:16
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Sigo sin ser perfecto, y aún hay malas intenciones en mí. Pero ahora no estoy en paz con ellas, y sé que Dios trabaja a través de mí para limpiarlas, haciéndome luchar. Su goma y su lápiz lo arreglarán, y aunque aún me duele el fallarle de vez en cuando, mis lágrimas son ahora de agradecimiento y alegría.
-Manuel Bento Falcón.
maonolo@gmail.com
Nunca había matado a nadie, ni robado nada de gran importancia. Sólo había dicho alguna que otra mentira leve para salir de alguna situación comprometida, como aquel día que llegué al tarde al trabajo porque me quedé dormido y le eché la culpa al tráfico.
Sin embargo un día escuché que el hombre es malo en lo más íntimo del corazón y por naturaleza. La persona que lo decía estaba completamente convencida de ello, y al principio mi reacción a estas palabras fue de rechazo frontal. ¿Cómo podía ese tipo decir tal cosa?. Hay personas que ayudan a los demás. Hay personas que salvan vidas. De acuerdo, no es la mayoría de la gente, pero tampoco somos tan malos. La mayoría, como yo mismo, nunca había matado, ni violado ni, robado a alguien. La mayoría de la gente es amiga de sus amigos, quieren a sus familias, y no se meten con nadie.
Sin embargo esas palabras me impactaron, y un día meditando en ellas escarbé en lo más profundo de mi ser. No me gustó nada lo que ví. ¿Cuántas veces no había tenido un pensamiento asesino cuando alguien se me cruzaba de mala forma en la carretera? ¿Cuántas veces no había pensado maldades de algún amigo, o incluso hablado mal de él a sus espaldas? ¿Cuántas veces había sentido envidia por lo que tienen otros y los había criticado cuando en realidad lo que quería es tener las mismas cosas? ¿Cuántas veces había tenido fantasías con otras personas? ¿Cuántas veces no había despreciado las palabras de mis padres y había contestado con desprecio? ¿Cuántas no había sido indiferente a una persona que necesitaba que la escuchasen porque tenía otras cosas que hacer?.
Ciertamente había una semilla de mal en lo más profundo de mi ser, y no sólo se quedaba en pensamientos, muchas veces había pasado a la acción en forma de gritos y conductas violentas. Me di cuenta de que había personas en mi memoria a las que odiaba y no podía perdonar. La mayoría de las veces, estos malos pensamientos eran controlados y me comportaba bien. Pero con las personas que mejor me conocían (mi madre, mi pareja, mis amigos, mi hermano) me irritaba con mucha más facilidad y las hería con mucha menos dificultad. Es curioso como podía sacar mucha más maldad en un entorno que consideraba seguro. Era más fácil comportarme correctamente en un ambiente donde no me conocían ya que no quería que pensasen mal de mí. Al final se trataba sólo de mí.
Era innegable que el egoísmo y la maldad estaba en lo más profundo y que este era el primer impulso para todo. No se trataba de lo que yo hacía externamente, que solía ser correcto. Se trataba de lo que yo era.
Y por más que lo intentara, no podía cambiar eso. Intenté rechazar esas actitudes y pensamientos, portarme un poco mejor. Pero no podía eliminar esa semilla de maldad del todo. Nadie puede.
Sólo Dios puede hacerlo.
Pero como muchos, había elegido vivir sin Él. ¡Oh sí! era creyente. Sabía que "algo" debía existir, aunque no me importaba demasiado. Pero ahora que me daba cuenta de mi naturaleza, del mal en mi interior, también sabía que un ser perfecto no estaría nada contento conmigo. A todos nos irrita cuando vemos a alguien que hace algo mal, sobre todo si nos afecta. Nos gusta que en el restaurante nos atiendan con una sonrisa, que nos traten bien y no con mala cara. Nos gusta que si el banco se equivoca y nos carga 20 euros por error, nos los devuelva y no vuelva a ocurrir. Queremos perfección a nuestro alrededor aunque nosotros mismos no seamos perfectos.
En un principio pensé que Dios sería comprensivo con mis defectos, que al fin y al cabo no era tan malo. Pero ¿cómo podría Dios llenar el cielo de personas así?. ¿De qué serviría perdonar a los hombres sin más, si todos iban a estar pensando mal unos de otros en su interior, envidiando o no perdonando?. Un cielo así se parecería demasiado a la Tierra.
Comencé a ver a Dios como un artista perfecto. Y en la creación dibujada por su mano todo debería ser igualmente perfecto. Cualquier dibujo imperfecto sólo podía esperar ser arrancado y tirado a la papelera, para ser quemado después.
Y yo no podía ser ese dibujo perfecto. Sólo Dios podía convertirme en esa persona que yo no era. En una persona purificada con un nuevo corazón:
Ezequiel 36:26
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne
Y esta es la forma en que Dios lo hizo: El mismo en la forma de su Hijo se hizo hombre, vivió como los hombres deberían vivir. Nunca hubo maldad en su pensamiento ni en su corazón. Después cargó con las imperfecciones, con los pecados de los demás hombres y sufrió la muerte en un madero castigado por su padre, en favor de nosotros.
El Hijo del Gran Artista, del Gran Dibujante, se convirtió a sí mismo en dibujo. Un dibujo perfecto, que cargó con las imperfecciones de los otros dibujos, y que fue arrugado y roto en lugar de ellos, a fin de que pudiesen vivir.- Isaías 53:4-5.
Al iluminarse mi mente y entender, mis lágrimas rodaron. Me arrodillé y oré:
"Señor Jesús. Me arrepiento de ser quien soy, de todas las veces que he pecado y me duele saber que por mis fuerzas nunca podré dejar de hacerlo, me duele tanto ser así... ahora sé que tu sufriste el castigo en mi lugar, que pagaste el precio por mí con tu sangre. Hoy quiero decirte que renuncio a intentar cambiarme a mí mismo, viviendo mi vida sin tí. Sólo tú puedes hacerlo. Házmelo Señor. Entra en mi vida, conviértete en mi amo, en mi Señor, en mi Padre y haz de mí la persona que tu quieres que yo sea"
Él prometió a los que creen en su nombre que ya no serán más un dibujo imperfecto que se tira al fuego, sino hijos de Dios, en camino a la perfección.
Juan 3:16
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Sigo sin ser perfecto, y aún hay malas intenciones en mí. Pero ahora no estoy en paz con ellas, y sé que Dios trabaja a través de mí para limpiarlas, haciéndome luchar. Su goma y su lápiz lo arreglarán, y aunque aún me duele el fallarle de vez en cuando, mis lágrimas son ahora de agradecimiento y alegría.
-Manuel Bento Falcón.
maonolo@gmail.com
jueves, 24 de marzo de 2011
Dios como parte de la terapia
Según la revista Psychology Today, la terapia basada en la fe está creciendo en popularidad y aumenta el número de pacientes que busca consejo en personas creyentes con las cuales puedan discutir sus problemas y metas en la vida.
Los estudios muestran que la gente prefiere consejeros que en lugar de poner en duda su fe, la compartan. A menudo los terapistas seculares tratan la fe de sus pacientes como si fuera un problema o un síntoma, en lugar de como una convicción que ha de ser respetada e incorporada al diálogo terapéutico, y esto preocupa sobre todo a los mayores y a las personas de veintitantos años. De acuerdo con una encuesta nacional realizada por la Asociación Americana de Consejeros Pastorales, el 83% de los americanos creen que sus creencias están intimamente ligadas a su salud mental y emocional. 3 de cada 4 dicen que es importante para ellos un consejero profesional que integre sus valores y creencias en el proceso de tratamiento.
Casi 3 cuartos de los americanos dicen que su forma de ver la vida está basada en sus creencias religiosas. Pero el problema es que sólo el 32% de los psiquiatras, el 33% de los psicólogos clínicos y el 46% de los trabajadores sociales son creyentes. Los pacientes tienen una mayor tendencia a creer que los profesionales que los tratan, y la mayoría de los cursos o programas de terapia ni siquiera tratan asuntos espirituales.
El tratar la mente de un creyente, requiere un tratamiento también de su alma, de su espíritu. Puede hacer más una persona que comparte tu fe y simplemente te escuche que un profesional o psicólogo cualificado que sólo siente tu fe como otro de los problemas que hay que curar.
Basado en un artículo traducido del Blog del New York Times
Los estudios muestran que la gente prefiere consejeros que en lugar de poner en duda su fe, la compartan. A menudo los terapistas seculares tratan la fe de sus pacientes como si fuera un problema o un síntoma, en lugar de como una convicción que ha de ser respetada e incorporada al diálogo terapéutico, y esto preocupa sobre todo a los mayores y a las personas de veintitantos años. De acuerdo con una encuesta nacional realizada por la Asociación Americana de Consejeros Pastorales, el 83% de los americanos creen que sus creencias están intimamente ligadas a su salud mental y emocional. 3 de cada 4 dicen que es importante para ellos un consejero profesional que integre sus valores y creencias en el proceso de tratamiento.
Casi 3 cuartos de los americanos dicen que su forma de ver la vida está basada en sus creencias religiosas. Pero el problema es que sólo el 32% de los psiquiatras, el 33% de los psicólogos clínicos y el 46% de los trabajadores sociales son creyentes. Los pacientes tienen una mayor tendencia a creer que los profesionales que los tratan, y la mayoría de los cursos o programas de terapia ni siquiera tratan asuntos espirituales.
El tratar la mente de un creyente, requiere un tratamiento también de su alma, de su espíritu. Puede hacer más una persona que comparte tu fe y simplemente te escuche que un profesional o psicólogo cualificado que sólo siente tu fe como otro de los problemas que hay que curar.
Basado en un artículo traducido del Blog del New York Times
miércoles, 16 de marzo de 2011
El Devocional: Leyendo la Biblia
La paradoja de la planificación y la espontaneidad
En primer lugar, enfatizaría la importancia de la planificación. Y no estoy hablando de ninguna visión elaborada o para toda la vida. Hablo de algo tan simple como que, cuando termines de leer este capítulo, te tomes 3 minutos para pedir ayuda a Dios, considerar tu horario, y escoger una hora para leer tu Biblia. Después escribe lo que has decidido en algún lugar de forma que recuerdes hacerlo. Muchas cosas buenas no suceden en nuestras vidas por la simple falta de planificación.
A los asesores se les paga miles de dólares por decirle a los ejecutivos lo obvio, porque lo que es obvio se descuida. Lo mismo con nosotros. Fallamos a la hora de hacer lo mejor para nosotros por una falta de intención seria a la hora de hacerlo. Otra forma de hablar de "intención seria" es hablar de planificación. La mayoría de los cristianos descuidan sus biblias no por deslealtad consciente hacia Jesús, sino porque fallan a la hora de planear un tiempo, lugar y método para leerla.
El resultado no es la espontaneidad, sino la misma rutina de siempre. Si tu anhelo es ser espontáneo en la forma que te relacionas con Dios, construye disciplina en tu lectura de la Biblia y tiempo de oración. Suena contradictorio. Pero no es más contradictorio que el maiz que crece en un campo de Minnesota porque el granjero tuvo disciplina arando, sembrando y guardando el campo. Él no hace que el maiz crezca. Dios lo hace. Pero Dios utiliza las disciplinas de la agricultura como parte del proceso. La fruta rica de la espontaneidad crece en el jardín que es bien atendido por la disciplina de un horario.
Así que vuelvo a decirlo, planea un lugar y sitio donde leerás la Biblia y meditarás en ella cada día. Siempre habrá más momentos durante el día. Debería haberlos. Pero que haya un momento y lugar sagrados. Ponlo en tu calendario. Trátalo de la misma forma que si fuese una cita con un compañero o amigo. Si alguien quiere que hagas algo en ese momento, dí: "Lo siento pero ya tengo otra cosa que hacer a esa hora".
Por lo general es mejor temprano por la mañana
Recomiendo encarecidamente que ese momento sea por la mañana temprano, a menos que haya alguna circunstancia que lo impida.
Entrar al día sin una reunión seria con Dios, con la base de su palabra y oración, es como entrar en la batalla sin llevar las armas. Es como irse de viaje sin llenar los neumáticos con aire o el tanque con gasolina.
El corazón humano no se repone a sí mismo con el sueño. El cuerpo sí, pero no el corazón. El aire espiritual se escapa de nuestros neumáticos y la gasolina se consume en el día a día. Reponemos nuestros corazones no con el sueño, sino con la palabra de Dios y la Oración. Miles de santos han descubierto a lo largo de los siglos que comenzar el día llenando la mente con la palabra de Dios te da más gozo, más amor y más poder que viajar con la gasolina de ayer.
Encuentra un lugar tranquilo o créalo con una regla
Busca un lugar tranquilo. Si intentas leer la Biblia o orar cuando otras personas se están moviendo alrededor, los poderes de las tinieblas van a explotar esa distracción potencial con todas sus fuerzas. No creas que tiene que ser un lugar cómodo. De hecho, si es cómodo probablemente te duermas. Necesitas estar recluido de forma que no te distraigas, y de forma que puedas hablar en voz alta, cantar y llorar. LLorarás más tarde o más temprano cuando estés luchando por el alma de tu hijo adolescente, o esforzándote por mantener tu matrimonio unido, o trabajando para matar el orgullo en tu vida. Necesitas estar sólo.
Si tu situación familiar o tu hogar no dispone de ese lugar, entonces créalo, no en el espacio, sino con una regla. Es decir, dispón que los niños, tu esposa, o tus compañeros de cuarto no te hablen durante ese tiempo. Una madre santa con un montón de niños podría usar su delantal haciendo una tienda para su cabeza y para la Biblia en la mesa de la cocina, y enseñar a los niños que cuando madre está en esa tienda, no hagan ruido.
Planea como leerás tu Biblia
Además de planear un lugar y un tiempo, planea como leerás tu Biblia. Hay muchas formas de leer la Biblia. Cualquiera es mejor que ninguna. Ir al tiempo y lugar señalados sin un plan de como leer la Biblia normalmente acaba en un tirar y fallar que hace que te sientas débil, irreal y desanimado.
-John Piper. "When I don't Desire God" pp 116-117
Traducido por Manuel Bento Falcón.
lunes, 31 de enero de 2011
El cuenco de madera
Un hombre anciano vivía con su hijo, su nuera y su nieto de 4 años. Las manos del anciano temblaban, su vista estaba nublada y su paso era inseguro. La familia solía sentarse unida a la mesa, pero las manos temblorosas y la mala vista del anciano hacían difícil la comida. Los guisantes se caían de la cuchara al suelo. Cuando agarraba el vaso, la leche se derramaba en el mantel.
Esto era irritante para su nuera y su hijo, que dijo "Tenemos que hacer algo con mi padre. Ya estoy cansado de esa leche derramada, de su ruido al comer y de la comida en el suelo". Así pues, colocaron una pequeña mesa en un rincón. Allí pusieron a comer al anciano sólo mientras el resto de la familia disfrutaba las cenas. Como el viejo había roto ya un par de platos, le servían la comida en un cuenco de madera.
A veces podía verse una lágrima en el ojo del anciano mientras comía sólo. Aún así, las únicas palabras que la pareja tenía para él eran de reprensión cuando se le caía el tenedor o la comida. El niño de 4 años observaba todo en silencio.
Un día antes de la cena, el padre notó que su hijo estaba tratando de tallar algo con un trozo de madera. "¿Qué haces hijo?" le preguntó al chiquillo. El niño respondió sonriendo: "Oh, sólo estoy haciendo un pequeño cuenco para mamá y para tí, así podréis comer cuando yo crezca".
Aquella noche, el marido tomó al abuelo y lo volvió a sentar con amabilidad a la mesa con el resto de la familia, donde siguió comiendo cada día.
Por David Lagerfeld
Traducido de: http://www.davidsemporium.co.uk/_FORTYTHREE3.html
Esto era irritante para su nuera y su hijo, que dijo "Tenemos que hacer algo con mi padre. Ya estoy cansado de esa leche derramada, de su ruido al comer y de la comida en el suelo". Así pues, colocaron una pequeña mesa en un rincón. Allí pusieron a comer al anciano sólo mientras el resto de la familia disfrutaba las cenas. Como el viejo había roto ya un par de platos, le servían la comida en un cuenco de madera.
A veces podía verse una lágrima en el ojo del anciano mientras comía sólo. Aún así, las únicas palabras que la pareja tenía para él eran de reprensión cuando se le caía el tenedor o la comida. El niño de 4 años observaba todo en silencio.
Un día antes de la cena, el padre notó que su hijo estaba tratando de tallar algo con un trozo de madera. "¿Qué haces hijo?" le preguntó al chiquillo. El niño respondió sonriendo: "Oh, sólo estoy haciendo un pequeño cuenco para mamá y para tí, así podréis comer cuando yo crezca".
Aquella noche, el marido tomó al abuelo y lo volvió a sentar con amabilidad a la mesa con el resto de la familia, donde siguió comiendo cada día.
Por David Lagerfeld
Traducido de: http://www.davidsemporium.co.uk/_FORTYTHREE3.html
viernes, 21 de enero de 2011
La desilusión con tu Iglesia
La gente se desilusiona con la Iglesia por muchas razones, que son entendibles. Podría hacerse una larga lista: conflictos, heridas, hipocresía, negligencia, insignificancias, legalismo, y otros pecados.
En lugar de impresionarnos o sorprendernos, debemos recordar que la Iglesia está hecha de pecadores reales, incluidos nosotros mismos. Al ser pecadores, nos hacemos daño. Unas veces intencionadamente y otras sin intención. Pero en lugar de abandonar la iglesia, necesitamos quedarnos y solucionarlo si es posible. La reconciliación, y no el huir, es el camino a un carácter más fuerte y un compañerismo más profundo.
Divorciarte de tu iglesia al primer signo de desconformidad o desilusión es un signo de inmadurez. Dios tiene cosas que quiere enseñarte a ti y a otros también. Además, no existe una iglesia perfecta a la que escapar. Cada iglesia tiene su propio conjunto de debilidades y problemas, y pronto volverás a estar inconforme.
Groucho Marx era famoso por decir que no querría pertenecer a un club que lo aceptase como miembro. Si una iglesia tiene que ser perfecta para satisfacerte, esa misma perfección te excluirá...¡porque tú mismo no eres perfecto!
Dietrich Bonhoeffer, el pastor de Alemania que fue martirizado por resistir a los Nazis, escribió un libro clásico sobre el compañerismo "Life Together (vida juntos)". En él, sugiere que las desilusiones en nuestra iglesia local son buenas porque destruyen nuestras falsas expectativas de perfección.
Cuanto más pronto dejamos la ilusión de que la Iglesia debe ser perfecta para amarla, más pronto dejaremos de aparentar y comenzaremos a admitir que todos somos imperfectos y necesitamos la Gracia. Ese es el principio de una verdadera comunidad.
Todas las iglesias podrían poner un letrero "No se necesita gente perfecta. Este lugar es sólo para aquellos que admiten ser pecadores, necesitados de Gracia, y que quieren crecer."
Rick Warren - "The purpose driven life"
En lugar de impresionarnos o sorprendernos, debemos recordar que la Iglesia está hecha de pecadores reales, incluidos nosotros mismos. Al ser pecadores, nos hacemos daño. Unas veces intencionadamente y otras sin intención. Pero en lugar de abandonar la iglesia, necesitamos quedarnos y solucionarlo si es posible. La reconciliación, y no el huir, es el camino a un carácter más fuerte y un compañerismo más profundo.
Divorciarte de tu iglesia al primer signo de desconformidad o desilusión es un signo de inmadurez. Dios tiene cosas que quiere enseñarte a ti y a otros también. Además, no existe una iglesia perfecta a la que escapar. Cada iglesia tiene su propio conjunto de debilidades y problemas, y pronto volverás a estar inconforme.
Groucho Marx era famoso por decir que no querría pertenecer a un club que lo aceptase como miembro. Si una iglesia tiene que ser perfecta para satisfacerte, esa misma perfección te excluirá...¡porque tú mismo no eres perfecto!
Dietrich Bonhoeffer, el pastor de Alemania que fue martirizado por resistir a los Nazis, escribió un libro clásico sobre el compañerismo "Life Together (vida juntos)". En él, sugiere que las desilusiones en nuestra iglesia local son buenas porque destruyen nuestras falsas expectativas de perfección.
Cuanto más pronto dejamos la ilusión de que la Iglesia debe ser perfecta para amarla, más pronto dejaremos de aparentar y comenzaremos a admitir que todos somos imperfectos y necesitamos la Gracia. Ese es el principio de una verdadera comunidad.
Todas las iglesias podrían poner un letrero "No se necesita gente perfecta. Este lugar es sólo para aquellos que admiten ser pecadores, necesitados de Gracia, y que quieren crecer."
Rick Warren - "The purpose driven life"
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