Salmos 119:45: "Y andaré en libertad, Porque busqué tus mandamientos"
Un elemento esencial del gozo es la libertad. Ninguno de nosotros sería feliz si no fuese libre de lo que odia y libre para lo que ama.
Y ¿dónde encontramos verdadera libertad? El salmo 119:45 dice: "andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos".
El cuadro es de espacios abiertos. La Palabra nos libera de la estrechez de mente (1 Reyes 4:29) y de confinamientos amenazantes (Salmos 18:19).
Jesús dice en Juan 8:32: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Está pensando en la libertad de la esclavitud del pecado (versículo 34). O, por ponerlo de forma positiva, la libertar para santidad.
Las promesas de la gracia de Dios proveen el poder que hace de las demandas de santidad de Dios sean una experiencia de libertad más que de temor. Pedro describió el poder liberador de las promesas de Dios así en 2 Pedro 1:4: "por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia".
En otras palabras, cuando confiamos en las promesas de Dios, cortamos la raíz de corrupción por el poder de una promesa superior.
¡Cuán crucial es la Palabra que rompe el poder de los placeres falsos! Y ¡Cuán vigilantes debemos ser para iluminar nuestros caminos y cargar nuestros corazones con la Palabra de Dios!
Salmos 119:105 dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino" y el versículo 11: "En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti" (ver también el versículo 9).
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