Salmos 16:1
...Guárdame oh Dios, porque en ti he confiado.
Señor, tu eres quien nos preserva, nuestro Gobernador, Salvador, y nuestro Juez que viene. Acalla nuestras almas para clamar a tu nombre; despéganos de la influencia de la carne y los sentidos. Imprime en nosotros el poder de la fe.
Promueve en nosotros espiritualidad de mente que haga que nuestros servicios sean aceptables a ti, y que sean de deleite y provecho para nosotros. Llévanos a ese estado que atrae tu vista, y prepáranos para recibir las pruebas de tu amor. Muéstranos nuestros peligros, para que podamos huir a ti buscando refugio.
Haznos sensibles a la enfermedad de nuestro pecado, para que valoremos al buen Médico. Clava en nosotros la cruz, para que podamos matar el enemigo de nuestros corazones.
Ayúdanos a ser vigilantes en nuestro camino, celosos de nuestro temperamento, diligentes sobre nuestros corazones.
Revívenos cuando desfallezcamos, avívanos cuando nos rezaguemos, restáuranos cuando nos descarriemos. Haznos poseedores de más de aquella fe que es el principio de toda piedad viva.
Que seamos ricos en fe, fuertes en fe, vivamos por fe, caminemos por fe, y tengamos esperanza a través de la fe. Que no percibiendo nada en nosotros mismos, podamos encontrar en el Salvador sabiduría, justicia, santificación y redención.
Grabado del devocional puritano "El valle de la Visión"
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