Hebreos 9:14 "¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?"
Estamos en la era moderna. La era de Internet, de los smartphones, de los viajes en el espacio y de los trasplantes de corazón. Pero nuestro problema sigue siendo el mismo de siempre: nuestras conciencias nos condenan y no nos dejan sentirnos aceptados por Dios. Estamos alejados de Dios.
Podemos cortarnos, o lanzar a nuestros hijos al río sagrado, o dar millones de dólares a la caridad, o servir sopa en una cocina, o elegir cientos de formas de penitencia o de autolesionarnos, pero el resultado será el mismo: la mancha queda ahí, y la muerte nos aterra.
Sabemos que nuestra conciencia está contaminada, pero no con cosas externas como tocar un cadáver, un pañal sucio, o un trozo de cerdo. Jesús dijo que es lo que sale del hombre lo que lo contamina, no lo que entra en él (ver Marcos 7:15-23). Estamos contaminados por actitudes como el orgullo, la autocompasión, la amargura, la lujuria, la envidia, los celos, la codicia, la apatía y el temor.
La única respuesta en esta era moderna y en cualquier otra era es la sangre de Cristo. Cuando tu conciencia se levanta y te condena ¿a dónde puedes acudir? Hebreos 9:14 te da la respuesta: acude a Cristo.
Vuélvete a la sangre de Cristo. Vuélvete al único agente limpiador del universo que puede darte alivio en la vida y paz en la muerte.
https://www.youtube.com/watch?v=2aymPgVj_U8
Traducido de: http://solidjoys.desiringgod.org/en/devotionals/the-only-conscience-cleanser
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