domingo, 31 de mayo de 2015

Como ministrar a alguien que lucha con la atracción al mismo sexo

Por Dennis Jernigan

Crecí en la iglesia ... literalmente no recuerdo un tiempo en el que no haya ido a la iglesia. Había sido dotado musicalmente, con la habilidad para tocar el piano, y había encontrado un lugar para servir desde mi más temprana edad. También luchaba contra la atracción al mismo sexo, la homosexualidad.

Imagina mi terror cuando, a los 10 años de edad y ya sabiendo mi lucha, escuché por casualidad a los hombres que habían construido en mi mente la imagen de Dios, empezar a hablar de la homosexualidad. Eran los hombres que me habían formado y enseñado desde que puedo recordar. Así que cuando los escuché describir lo que pensaban de alguien como yo (incluso aunque no sabían que estaban hablando de de mí) mi reacción fue simple: estos hombres conocen a Dios, y odian a la gente como yo. Dios debe odiarme. No sentí ninguna esperanza de ayuda en absoluta que pudiese venir de ellos o de Dios, ni sabía hacia donde ir, y por tanto pasé demasiado tiempo de mi vida intentando comportarme de forma que recibiese la aceptación y la afirmación de otros ... especialmente de otros hombres.

Recuerdo haber escuchado muchas veces en mis años de formación muchos sermones de fuego y castigo, y a menudo los homosexuales eran los que lideraban la multitud que iba al infierno. Al no escuchar ni una pizca de esperanza para mi situación de nadie, no tuve otro recurso que distanciarme en mi relación de cualquiera que se pudiese acercar demasiado ... cualquiera que pudiese averiguar mi abominación. Asumo la responsabilidad por lo que elegí ... pero el otro lado de la moneda es que la iglesia me apartó debido al miedo y la ignorancia. Una de las cosas más tristes que encara el cuerpo de Cristo hoy día, es que muchos hacen esto sin darse cuenta de lo que están haciendo.

Después que me gradué de mi universidad cristiana en 1981, me encontré en una relación homosexual. Por este tiempo me había rendido a la idea de ser capaz de cambiar y, tal y como pensaba la mayoría del mundo, asumí que el cambio no era posible. Asumí que esta era la forma en que se suponía que tenía que ser. Mi suposición era que al rendirme a mi identidad homosexual, encontraría la paz. ¡Me equivoqué! Me sentí utilizado la mayoría del tiempo. El amor que me profesaban parecía ser más abusivo y egoísta, que un autosacrificio genuino. Al quedar desilusionado con la comunidad y planteamientos gay, me volví a buscar a Dios. Un amigo me invitó a vivir con él al final del verano de 1981, y pronto descubrió mi secreto. En lugar de rechazarme y humillarme (que era a lo que estaba acostumbrado), hizo algo que, honestamente, nunca había visto antes. Extendió hacia mí el amor práctico y real de Cristo.

¿Cómo lo hizo? Me dijo que me amaba sin importar cuál fuese mi lucha. Me dijo que no conocía todas las respuestas a mi dilema ... pero que si conocía la RESPUESTA (con mayúsculas). Me dijo que caminaría encantado conmigo hacia Jesús, durase lo que durase, y a través de cualquier camino que nos deparase el viaje. ¡Me dijo que caminaría hacia Jesús conmigo! ¡cuán simple! ¡Cuánto poder para un alma sin esperanza! ¡Cuán amoroso! ¡Cuán generoso! ¡Cuán como Jesús! Fue su respuesta y la intervención divina del amor de Dios lo que me llevó al arrepentimiento el 7 de Noviembre de 1981.

Después de que, en 1981, el Señor me liberó (o debería decir, comenzó a liberarme - o quizás las dos cosas), tuvieron que pasar 7 años más antes de ganar la suficiente confianza como para compartir con otros cómo Cristo me había redimido, porque, simplemente, tenía miedo de cómo me tratarían los cristianos. Aunque encontré mucha aceptación, también encontré que muchos mantenían la distancia conmigo (especialmente los hombres cristianos). Imagino que pensaban que mi antigua vida se les podía pegar, o algo así. Las buenas noticias son que no es así.

¿Por qué comparto estas cosas? Creo que me habría ahorrado años de tormento y sufrimiento si hubiese escuchado alguna vez, cuando era niño, que había esperanza. Para la gloria de Dios, Él me permitió pasar por lo que pasé ... y me siento inclinado a contar mi historia una y otra vez, porque no quiero nunca que otro joven (o cualquier persona de cualquier edad) sienta que no hay esperanza para el cambio. Dios nos ha llamado a ser sal y luz. La sal preserva y añade sabor, y quiero ver vidas preservadas y llenadas con el buen sabor del amor redentor de Dios. Mi deseo es hacer brillar la luz del amor de Dios en lugares donde la mayoría no se atreve a ir, porque nunca han experimentado la homosexualidad.

Y ahí está la trampa. El cuerpo de cristo ha creído la mentira de que tenemos que haber experimentado la homosexualidad (o cualquier cosa por la que haya pasado el temido pecador) para ayudar a alguien a vencer. ¡Mentira! Dios nos ordena amar, no juzgar. La mayoría de los cristianos, ya sea que lo admitan o no, juzgan que los homosexuales no tienen esperanza ... y asignan un grado más alto de pecaminosidad al comportamiento homosexual que a su propio pecado, el que inicialmente los separaba de Dios. ¡El pecado es pecado! Pero el mayor error que cometen la mayoría de las personas, es que asignan una identidad moral al comportamiento homosexual, y nunca miran más allá de la superficie a lo que es verdaderamente la raíz del comportamiento homosexual.

Cuando miro hacia atrás, a mi viaje hacia la libertad, la homosexualidad no era la raíz de mi pecado. El comportamiento homosexual viene de necesidades humanas reales que no están siendo satisfechas. El comportamiento homosexual se arraiga cuando esas necesidades se satisfacen en formas que el Señor nunca tuvo intención que se produjesen. Mi propio comportamiento se desarrolló muy temprano en mi vida. Era alguien muy sensible emocionalmente y con un don y una inclinación artística (ambos dones de Dios). Pero otros me percibían como alguien afeminado, y así me lo decían, lo cual reforzaba mis propios pensamientos. Mi personalidad era muy melancólica, y la cultura en la que vivía (que era rural y muy conservadora), proponía e idolatraba una imagen de hombre muy macho, que contrastaba con mi propia percepción, incluso cuando era un niño pequeño. Pero el fondo de todo, era en realidad mi percepción de quién era yo. Mi identidad estaba donde la raíz de las mentiras que Satanás decía con respecto a mi identidad masculina se agarraba. Como un hombre piensa en su corazón, tal es él (Proverbios 23:7).

La realidad es esta: todo ser humano que haya existido jamás lucha contra las mentiras acerca de su propia percepción. Debido a las diferencias de personalidad y a la forma que somos criados (o en la que no lo somos) se determina el camino por el que nos conducirá nuestro propio pecado. Cuando conseguimos entender esa realidad, ninguno de nosotros es en realidad tan diferente de otra persona. Todos necesitamos a un Salvador. Como existen muchos grandes libros respecto al tema de entender como se desarrolla la identidad y el comportamiento homosexual, no voy a elaborar ese punto. Mi objetivo en escribir esto es animar al lector a que deje de juzgar, y comience a practicar el amor de Cristo hacia aquellos que luchan con la atracción hacia el mismo sexo.

El juicio es para Dios. Nuestro mandamiento es amar. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación con alguien que sabes que es homosexual, sin intentar buscar una salida para escapar? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste sentir a tu compañero de trabajo homosexual que el valía un poco de tu tiempo? ¿Cuando es la última vez que llamaste a la puerta de tu vecino homosexual y le ofreciste unas cuantas galletas recién cocinadas? ¿Cuándo es la última vez que vista a un homosexual como a un humano, o como una creación de Dios que necesita un salvador?

Debido a la naturaleza de mi historia y de mi ministerio, recibo montones de mails de jóvenes y ancianos, de ricos y pobres, de doctores, abogados, entrenadores de fútbol, policías, madres, pastores y líderes de alabanza ... que me dicen que luchan con la atracción hacia el mismo sexo, ¡pero que no encuentran a nadie con quien hablar! ¿No debería ser el cuerpo de Cristo el PRIMER lugar al cual alguien necesitado pudiese ir? Es como si a la iglesia le encantase decir "¿Qué haría Jesús? - excepto si eres homosexual". Necesitamos arrepentirnos. Hablo con gente todas las semanas, que jamás cruzarían la puerta de una iglesia a causa de las personas que están dentro.

Una cosa más: Me entristece el número de pastores y líderes de alabanza que al ser "descubierto" que luchan con la homosexualidad, son echados fuera sin ni siquiera una oferta de redención o ayuda. "¿Qué haría Jesús?" En la mayoría de los casos, si nos guiamos por lo que parece ser el estándar en la iglesia de hoy, desecharíamos la "vil abominación" y nos distanciaríamos de un alma herida ... dañando más y aplastando la esperanza.

Así pues ¿qué hemos de hacer cuando nos vemos frente a un amigo, pastor o miembro de la familia que tiene esta lucha? ¿Los descubrimos y nos deshacemos del "problema" o hacemos la obra del ministerio que Dios ha llamado hacer a todos los creyentes, el ministerio de la reconciliación? La Palabra de Dios es bastante clara en esto:

2 Corintios 5:18-19
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

¿Descubrimos el pecado y humillamos al que lo comete? ¿Querrías que tu pecado fuese expuesto, o preferirías que alguien se acercase a ti en amor y ofreciese una mano de ayuda, una forma de salir sin ser públicamente avergonzado? Creo que sabes la respuesta. Dios es amor. Somos creados a Su imagen. Él es Dios. Nosotros no lo somos. Seamos como Él y bajémonos del trono de nuestro propio corazón cuando se trate de juzgar si el pecado de otro es digno o no de redención. La forma más rápida de apagar un corazón es traicionar su confianza. ¿Verdad? Entonces, ¿por qué continuamos pensando que contar al mundo alrededor las faltas de otros lo llevará a liberarse de su pecado?

Proverbios 17:9
El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo.

Después de que el Señor me liberó, tuve que volver y confrontar una situación de mis días universitarios. Alguien que estaba en autoridad sobre mí, me había violado. Antes de contar a las autoridades pertinentes lo que me habían hecho y quien me lo había hecho, les pedí que le ofrecieran al que me había violado la oportunidad de consejería como parte del proceso. Los que estaban en autoridad, resultaron ser cristianos y ofrecieron su ayuda. Fue confrontado en amor y se le ofreció ayuda, y la rechazó ... pero creo que en el proceso se honró a Dios. Mi esperanza es que esta persona viese el amor de Cristo y recibiese la ayuda que necesitaba después de que se tomó la acción disciplinaria.

Proverbios 10:12
El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas.

Cuando sospechamos que un creyente está involucrado en comportamiento homosexual, necesitamos practicar los pasos de restauración que se encuentran en Mateo 18:15-17. Ve a tu hermano o hermana en privado. Si él o ella escucha, lo has ganado en amor. Si no escuchan, entonces toma uno o dos más contigo para que sean testigos y haceros responsables unos a otros de compartirle la verdad en amor. Si se niega a escuchar, cuéntalo al cuerpo de creyentes del que formen parte, para que el cuerpo se una y con amor llame a la persona en cuestión al arrepentimiento ... y si aún se niega a escuchar y arrepentirse, trátalo como a los gentiles y recaudadores de impuestos. ¿Y cómo trataba Jesús a los gentiles (no judíos) y los recaudadores de impuestos, que eran despreciados por la sociedad? ¿Como pecadores? ¡Jesús pasaba la mayor parte de su tiempo con tales pecadores! Eso es lo que hacía. Se relacionaba con ellos. En nuestra interpretación moderna, los aislamos y nos lavamos las manos de ellos.

Cuando se trata con pecadores de cualquier tipo, los creyentes hemos acuñado una frase en "cristianés": "Ama al pecador, odia el pecado". El único problema con esto es que la mayoría de la gente no habla "cristianés". Cuando alguien que lucha contra la homosexualidad escucha a un creyente decir eso ¿cómo no se lo va a tomar como odio y reproche? Piénsalo. Un homosexual cree que su homosexualidad es "lo que él es". Es como decirles que son odiados por ser lo que son. Hasta que el que está en la lucha no llegue a un lugar donde pueda separar su comportamiento de su identidad, esta frase es una manera segura de de cerrar las puertas a ministrarlo.

Una cosa más: tenemos que ver a cada persona como Dios la ve, sin importar lo desesperanzada que sea la situación o lo militante que nos pueda parecer en su homosexualidad. No hay necesidad de discutir con el homosexual militante. Vístete de amor y discierne cuando hay que apartarse y cuando hay que ofrecerle un vaso de agua fría en el nombre de Jesús. La aspereza y el temor que sentía de la buena gente de la iglesia es lo que me apartó del Señor. Fue el amor y amabilidad de Dios expresada a través de un amigo que no me juzgaba la que me llevó al arrepentimiento.

Romanos 2:1-4
1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

Traducido de: https://www.dennisjernigan.com/how-to-minister-to-someone-who-struggles-with-same-sex-attraction


miércoles, 27 de mayo de 2015

¿Es lo mismo el gozo en Dios que el amor a Dios? Ask Pastor John

Un oyente de este podcast, Erick, nos escribe para preguntar: "¿Es el gozo en Dios y el amor por Dios lo mismo? Si no lo es, ¿En que se diferencian?"

Antes de responder por qué son diferentes, déjame que defina lo que quiero decir por gozo en Dios. En este contexto, quiero que pensemos en el gozo, no como algún tipo de manifestación emocional, porque lo que yo quiero decir con el gozo puede manifestarse tanto en el llanto como en la alegría. El gozo puede estar presente con fuerza en los momentos en que experimentamos mayor pérdida. Lo se por experiencia, y lo veo también en la Biblia. 2 Corintios 6:10 "entristecidos, mas siempre gozosos". El gozo también puede estar ahí en momentos en los que estamos danzando de alegría, debido a algo maravilloso que ha sucedido.

Así que esta es la primera aclaración. El gozo en Dios no es lo mismo que algún tipo de manifestación emocional. Puede estar presente en y bajo muchos tipos de manifestaciones emocionales. Lo que quiero decir con gozo, y este es mi esfuerzo a la hora de definirlo, es un sí profundo, asentado y emocionalmente satisfactorio, un sí al valor supremo de Dios en todas las cosas, que sale del corazón. Permite que lo diga otra vez, el gozo es un si profundo, asentado, emocionalmente contento (casi quise decir lleno de reposo, y también estaría bien) y emocionalmente lleno de roso. Simplemente un "sí" profundo del corazón hacia el supremo valor de Dios por encima de todas las cosas, en cualquier circunstancia.

Cuando vemos a Dios tal como es, como alguien supremamente hermoso y por tanto supremamente valioso sobre todas las cosas, nuestro corazón dice sí. Ese es el propósito de mi alma, esa es mi búsqueda, y mi búsqueda ha finalizado. Mis anhelos serán satisfechos ahí en Él. Eso es lo que yo creo que es el gozo de Dios. O por decirlo de otra forma: el gozo en Dios es una disposición profunda, que permanece, y que valora a Dios por encima de todas las cosas. O usando otra palabra: apreciarlo más, estimarlo o valorarlo sobre todas las cosas.

Yo diría que este tipo de gozo en Dios es la esencia, pero no la totalidad de lo que significa amar a Dios. Intentaré ir justo a la respuesta a la pregunta. ¿Cuál es la diferencia entre el gozo en Dios y el amor por Dios? Y lo que digo es que, lo que acabo de definir como gozo en Dios es la esencia, pero no la suma de la totalidad, de lo que significa amar a Dios. Fluyendo de esa esencia, como los arroyos fluyen de una fuente o como crecen los tallos de una raíz, están otras emociones que forman parte del amor a Dios como el agradecimiento, el deseo, la sumisión y el cumplimiento de su camino y su voluntad, las expresiones de adoración, y un sí consciente, no solamente hacia su valor, sino a su plan, hacia que su plan para el universo avance. Vemos la forma en que actúa Dios, y nuestro amor a Dios dice que sí a todo lo que Él es y todo lo que hace.

Así que esa esencia del amor a Dios es el gozo en Dios y un "sí" general al valor de Dios y a su voluntad, y esa esencia hace surgir otras cosas, como el cumplir los mandamientos. Jesús dijo "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). Y algunas personas dicen: "¿Lo ves? la obediencia y amar a Dios es lo mismo". No, no, no. Dice "Si me amas, entonces, como consecuencia de esa esencia, harás otras cosas, como guardar los mandamientos". Es como una rama, crece del amor a Dios. Y creo que está bien hablar de la obediencia como parte del amor a Dios, siempre que veas la distinción, la relación entre el "si" y el "entonces".

Por tanto la obediencia a lo que Dios dice es una rama que crece de la raíz del amor, pero dudo que esté mal decir que la obediencia forma parte de lo que significa amar a Dios en su sentido más amplio y general. Sin embargo, soy muy celoso de nunca equiparar el cumplimiento de los mandamientos con la esencia, o la raíz del amor a Dios.

Permite que mencione un texto. En Lucas 10:27, cuando Jesús dio el gran mandamiento, dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo". Ahora bien, hay dos cosas muy importantes que tenemos que notar. El corazón se menciona en primer lugar, luego el alma, las fuerzas y la mente. El corazón está en primer lugar en todas las referencias a este mandamiento. ¿Por qué será esto? Creo que la razón es porque existe una esencia de amor que es sentida en el corazón, un atesorar, estimar, deleitarse, descansar y estar satisfechos en Dios que rinde expresiones de ese amor a través de nuestras fuerzas, y de nuestra mente, y de lo demás.

Y esta es la segunda cosa que quiero hacer notar. No se puede ver en inglés, pero voy a decirla y puedes comprobarla de la forma que quieras. En Lucas 10:27, cuando dice: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón", la preposición "con", está traduciendo la palabra griega "ex", que significa "desde", y cuando dice "y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente", esas tres preposiciones "con" son la palabra griega "en". Son diferentes *.

¿Por qué sera esto? ¿Por qué existe una preposición única para "desde el corazón" y otras preposiciones para "con el alma, fuerza y cuerpo" (una preposición que significa "con" como un agente, un "con" en el sentido de instrumento o herramienta). Creo que es porque la esencia del amor tiene su raíz en el corazón, los afectos del corazón por Dios, y que luego ese amor se expresa con los instrumentos del alma, la fuerza y la mente.

Así que mi respuesta a la pregunta de Eric es que el amor por Dios no es idéntico al gozo en Dios, pero el amor nunca es menos que el gozo en Dios. Y el gozo en Dios es atesorar a Dios y valorar a Dios, estimarlo, apreciarlo, estar satisfecho con todo lo que Dios es por nosotros en Cristo. Esa es la esencia del amor por Dios, y todos los arroyos fluyen de eso.

*Nota del traductor: En algunos manuscritos griegos de la Biblia, incluido el que se usa para la concordancia Strong's, aparece en los 4 casos la palabra "ex" o "ek", sin embargo en otros manuscritos más antiguos si que es justo como Piper dice en este párrafo. Ver por ejemplo: http://biblehub.com/texts/luke/10-27.htm, donde aparece "ek" (ἐξ) y "en" (ἐν)... en los primeros manuscritos, sin embargo en el manuscrito Stephanus Textus Receptus 1550 o el Scrivener's Textus Receptus 1894 (más abajo en el mismo enlace) aparecen todas como "ek" (ἐξ)

Traducido de: http://www.desiringgod.org/interviews/is-joy-in-god-the-same-as-love-for-god 

miércoles, 20 de mayo de 2015

10 Lecciones inolvidables de paternidad cristiana

Extracto de un artículo Por Ray Ortlund


En público, mi padre era uno de los grandes pastores de su generación. En privado, era lo mismo: un auténtico hombre Cristiano. Sin ningún orden particular, estas son las 10 lecciones de paternidad que aprendí de observarle, y que han quedado grabadas en mi memoria.

1. Nunca estaba demasiado ocupado

Mi padre era un pastor ocupado, pero nunca estaba demasiado ocupado para mí. Cuando sentía que no había tenido suficiente tiempo conmigo decía: "Ey Bud, ¿quieres faltar a la escuela mañana y venirte a la playa?" ¡No me costaba mucho decir que sí! así que nos íbamos. Hacíamos surf, hablábamos, y nos divertíamos juntos. Al día siguiente escribía una nota a la escuela para explicar mi ausencia, y cuando la llevaba a la oficina del director, siempre marcaba mi ausencia como "inexcusable". Imagino que la razón no importaba para ellos (un padre que intentaba ponerse al día con su hijo). Pero a papá no le importaba, y yo lo sabía.

2. Era un hombre de Biblia

Mi padre estaba completamente dedicado a Jesús. En mi diecisiete cumpleaños, él y mi madre me regalaron una Biblia, en la que escribió lo siguiente

Bud,
Nada podía ser mejor que tener un hijo que ama al Señor y camina con Él. Tu madre y yo hemos visto que este libro es nuestro tesoro más preciado. Te lo damos, y no te podríamos dar nada mayor. Se un estudiante de la Biblia, y tu vida estará llena de bendición. Te amamos.
Papá, 7/9/66, Filipenses 1:6

Cuando leo eso, se que mi Padre puso significado en cada palabra. Era un hombre de Biblia, y la bendición sobre la que habló, era obvia en su propia vida.

3. Alababa a Dios

En el tiempo en que yo crecía, la mayoría de las veces no necesité un despertador. Me despertaba con el sonido de las canciones de mi padre en la ducha que había al final del pasillo. Cada mañana mi padre cantaba alegremente y con todo el corazón este himno:

Cuando la mañana alumbra los cielos
Mi corazón que se despierta clama
Que sea Jesucristo alabado
Ya sea en el trabajo o en la oración
En Jesús reparo
Que sea Jesucristo alabado
Es difícil leer lo que está en el corazón de muchos hombres. No puedo tener ni idea de sus motivos. Pero en el caso de mi padre, nunca me los pregunté. Ni una vez me pregunté por lo que vivía o por lo que más se preocupaba. Él no encaraba la vida manteniendo un perfil bajo, porque Jesús era demasiado maravilloso para él. Alababa al Señor en su vida, en público y en privado, de una forma tan plena y clara que no podía ser ignorado.
4. Me animaba

Mi padre me instaba a seguir a Cristo a cualquier lugar. De vez en cuando me daba este discurso: "Escucha, hijo. Los cristianos que no dedican todo el corazón son la gente más desdichada que existe. Saben lo suficiente acerca de Dios para sentirse culpables, pero no han ido lo suficientemente lejos con Cristo como para ser felices. ¡Ve a por todas con Cristo! no me importa si acabas siendo un cavador de zanjas, mientras ames al Señor con todo el corazón".

No le impresionaba el éxito del mundo, el ir a las escuelas correctas, o toda las pretensiones y vanidad. Quería algo mejor para mí, algo que yo mismo tenía que encontrar.

5. Tenía un caminar sincero con el Señor

Recuerdo una mañana que fui al piso de abajo y entré al salón, donde estaba mi padre. Se encontraba sobre sus rodillas, con su cara enterrada en sus manos, absorto en una oración silencioso. Él no sabía si alguien más se había despertado, así que no estaba aparentando. Mi padre tenía un caminar sincero con Dios. Amaba el evangelio, servía en la iglesia, daba testimonio a nuestros vecinos. Diezmaba incluso cuando no se lo podía permitir. Era él el que determinaba el tono de nuestro hogar, y nuestro hogar era un lugar de gozo, honestidad, y comodidad. Jesús estaba allí.

6. Me enseñaba teología en el patio de atrás

Un día, cuando tenía 11 o 12 años, mientras hacíamos trabajos de jardinería, mi padre se detuvo, me miró a los ojos y me dijo "¿Sabes, Bud, que antes de que comenzase el tiempo, Dios te eligió?". Me sentí impresionado. ¿El Dios todopoderoso pensó en alguien tan pequeño como yo? ¿Desde hace tanto tiempo? Me sentí muy amado por Dios. Años después, cuando conocí la doctrina de la elección como tal, no tuve problema con ella. La amé. Mi padre había comenzado su educación teológica en mi niñez, en medio de una conversación cotidiana.

7. Nos amaba cuando no era fácil

Mi padre trabajaba duro todo el día, y llegaba a casa cansado. Así que cuando caminaba hacia la puerta de atrás, antes de abrir la puerta, elevaba una sencilla oración a Dios: "Señor, necesito un poco de energía extra en este momento". Y Dios contestaba esa oración. Nunca lo vi entrar a casa sin ninguna emoción positiva para dar. En lugar de eso, caminaba hacia mi madre, la besaba con un gran beso, y luego se giraba hacia mí y decía: "Vamos Skip, ¡luchemos un rato!" y nos íbamos al cuarto de adelante y luchábamos en el suelo, y nos hacíamos cosquillas, y reíamos. La realidad de Dios, que estaba a cada momento en el corazón de mi padre, le daba energía para amar a su familia cuando no era fácil.


8. Me ayudó a amar la iglesia

El hecho de que mi padre fuese el pastor, me convertía en "el hijo del pastor". Obviamente, de vez en cuando, la gente bienintencionada de la iglesia me decía cosas tontas, como si tuviese que ser perfecto, superior, o tal y como ellos esperaban. Mi padre me dijo una vez: "Hijo, cuando la gente diga cosas como esa, en realidad no quieren hacerte daño. Sin embargo, no es justo. Ellos no se dan cuenta. Quiero que sepas que puedes ignorarlo".

Mi padre tenía altos estándares de vida cristiana. Pero era lo bastante sabio como para saber que alguien de 10 años sigue a Cristo de forma diferente que alguien de 40. Era realista y compasivo. Me mostró con sabiduría que la vida en la iglesia no tiene que resultar opresiva.

9. Vivía su fe de manera simple y práctica

Papá me mostró maneras prácticas de caminar con el Señor. Por ejemplo, esta es una declaración que estableció para que fuese su propio caminar diario:

Mi declaración matinal de fe
Creo que hoy:
1) Dios está dirigiendo mi vida soberanamente mientras me someto a Él, y que me ama incondicionalmente, y yo le amo y le pongo en el primer lugar de mi vida.
2) Cristo es mi Señor y amo, y busco permanecer en Él y hacer su voluntad de forma inmediata y exacta.
3) El Espíritu Santo es mi amigo, maestro y guía, que abrirá y cerrará puertas hoy, y me llenará para hacerme un siervo efectivo.
4) Encomiendo mi esposa y mi familia al Señor, que los ama al igual que a otra gente que amo. Ellos también están bajo su cuidado soberano.
5) Salgo con una fe confiada, y relajado en el Señor, y disfruto este día que se me ha dado. Confío en Él para que me use hoy.

Es simple, pero válido. Papá ejemplificaba cómo hacer que el cristianismo diario fuese accesible y práctico.

10. Me enseñó que el ministerio no lo es todo

Un domingo temprano, el 22 de Julio de 2007, mi padre se levantó en el cuarto de su hospital en Newport Beach. Sabía que era el día final en que sería quitado de esta vida. Mi esposa y yo estábamos lejos, en Irlanda, ministrando en aquel día. No sabíamos lo que pasaba en casa. Pero la familia se reunió alrededor de la cama de papá. Leyeron las Escrituras y cantaron himnos. Papá dio una palabra de bendición patriarcal y una amonestación a cada uno, y pronunció sobre ellos todas las bendiciones de Aarón:

 "Yahweh te bendiga, y te guarde; Yahweh haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Yahweh alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz" -Números 6:24-26

Y entonces, en calma, se durmió.

Después de eso, pregunté a mi hermana cuál había sido el mensaje de papá para mí. Fue este: "Dile a Bud que el ministerio no lo es todo, sino Jesús".

Sus palabras resumieron toda su paternidad y su vida.

Traducido y resumido de: http://www.desiringgod.org/articles/10-unforgettable-lessons-from-my-father-on-fatherhood

sábado, 2 de mayo de 2015

¿Habrá gente más feliz que otra en el cielo? Ask pastor John en español

En la eternidad ¿Habrá santos en el cielo que sean más felices que otros? Esta pregunta nos la hace Ken, que nos escribe diciendo: "Pastor John, ¿cree usted, al igual que Jonathan Edwards creía, que los cristianos entrarán en la eternidad con diferentes grados de felicidad basados en la profundidad y medida de su desarrollo espiritual durante su vida en la tierra? ¿O cree usted, como hacen muchos cristianos, que todos entran en el cielo iguales, al pie de la cruz, con el mismo grado de santidad y felicidad para toda la eternidad? ¿Cree que existe una jerarquía de felicidad en el cielo?"

Bien, la respuesta corta es que estoy de acuerdo con Edwards, pero algunas de las alternativas que pueden plantearse, pueden no ser correctas. Por eso, déjame que intente profundizar un poco y tratar de explicar lo que Edwards y yo queremos decir, poniéndolo en un contexto más amplio.

El Nuevo Testamento describe la relación entre nuestra obediencia y nuestra felicidad en la era por venir de tres formas. En primer lugar, la descripción más básica es que nuestra obediencia de ahora no es la base para ser aceptados por Dios en la era por venir. Nuestra obediencia no es el fundamento de que estemos en una posición justificada en su presencia.

Pablo dice de forma negativa: "por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él", y de forma positiva dice: "Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley". Esto es Romanos 3:20 y Romanos 3:28. Por tanto ninguna de nuestras obras, nada de nuestra obediencia forma parte de la base de nuestra justificación. Nunca podrá serlo, nunca es lo suficientemente buena. Nuestra obediencia siempre está contaminada, nunca es completa. Necesitamos a Cristo.

Por eso, podemos estar ante Dios en la eternidad y ser aceptados, amados, perdonados y justificados solamente en base a Cristo. Romanos 5:19 dice: "por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos". Eso es lo primero y lo más básico que podemos decir acerca de la relación entre nuestra obediencia de ahora, y la felicidad de la era por venir.

Número dos. El Nuevo Testamento también enseña que nuestra obediencia de ahora, confirma que hemos sido elegidos por Dios, llamados por Él, y nacidos de nuevo, y que tenemos la fe que salva. Así que aunque nuestra obediencia no es el fundamento de que Dios esté por nosotros, si es la confirmación de que Dios está al 100% por nosotros. Por ejemplo, 2 Pedro 1:10 dice: "procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás". Hebreos 12:14 dice: "Seguid la ... santidad, sin la cual nadie verá al Señor". Romanos 8:13 dice: "si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis". Así que la obediencia es necesaria para la vida eterna. No como fundamento, pero sí como confirmación.

Ahora existe una tercera descripción que es la más importante para la pregunta. El Nuevo Testamento enseña que nuestra obediencia tiene como resultado recompensas en la era por venir, y estas se diferencian unas de otras de acuerdo a la medida de nuestra obediencia. Así que la pregunta que era "¿Habrá distintos grados de santidad y felicidad, o entraremos al cielo iguales en santidad y felicidad por toda la eternidad? ¿Crees que habrá una jerarquía en el cielo?

Mi punto de vista creo que es el mismo de Edwards. Me ayudó mucho con esto. Seremos recompensados de manera distinta en la era por venir, pero todos seremos plenamente felices. No habrá faltante entre la capacidad para ser felices de las personas y la plenitud de su felicidad. No habrá frustración porque haya una diferencia. Y las recompensas, en su esencia (y quizás tengamos que hablar mucho más sobre esto) son las distintas capacidades para ser felices en Dios.

No es que sea como un Cadillac y un Chevrolet. Eso es irrelevante. Si llegas hasta la esencia de lo que será una buena recompensa en el cielo, es el saber, probar y tener la capacidad de un mayor deleite, percepción y disfrute de Dios. Y creo que eso es lo que Edwards quiere decir, cuando dice que hay distintos grados de santidad y gloria, ya que la esencia de la santidad y de la gloria es que el corazón atesore y estime a Dios por encima de todas las cosas.

Nuestra felicidad en atesorar a Dios, en hacer de Dios nuestro mayor tesoro, es nuestra santidad y nuestra gloria. Es por eso que Edwards habla acerca de diferentes grados de santidad y de gloria. No se trata de que haya gente profana en el cielo, o gente sin gloria o infeliz, sino que las capacidades de todos serán llenadas. Pero las capacidades son diferentes.

Y al ser esta la diferencia, no habrá envidia por parte de aquellos que tienen capacidades más pequeñas, ni tampoco habrá jactancia en aquellos que tienen mayor capacidad. La benevolencia de los mayores y la humildad  será perfecta en ambos, así que no habrá pecado, resentimiento, celos, envidia, arrogancia o menosprecio. En ese sentido todos somos iguales. Todos seremos sin pecado. Todos estamos en el mismo lugar al pie de la cruz, dependiendo totalmente de la gracia para darnos toda medida de felicidad y santidad.

Quiero hacer otra aclaración. La obediencia cristiana, ahora y por siempre, es llevada a cabo por la gracia de Dios. En 1 Corintios 15:10 Pablo dice: "Pero por la gracia de Dios soy lo que soy ... he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo". Así que lo que Dios recompensa es el fruto de su propia gracia en nuestras vidas. No puede haber pensamiento en el sentido de que las recompensas las ganamos, de que estamos dando a Dios algo que no tenía antes, y que por tanto Él tiene que recompensarnos.

Y si te estás preguntando donde está todo esto en la Biblia, aquí tienes un par de textos, aunque hay más. 2 Corintios 5:10 dice: "Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo". Es asombroso. Existen consecuencias negativas y positivas en el cielo para los creyentes.

¿Qué quiere decir Pablo con estas consecuencias negativas, con lo bueno y lo malo? Creo que el texto más cercano que arroja luz sobre esta cuestión es 1 Corintios 3:14-15, y dice esto: "14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó [sobre Cristo], recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego". Por tanto habrá algún tipo de pérdida de lo que pudo haber sido, debido a que se construyó con madera, heno y hojarasca, en lugar de con plata, oro, y piedras preciosas.

Del mismo modo, en Efesios 6:8, Pablo enfatiza la correlación entre las buenas obras y las recompensas. Esto es lo que dice: "Siervos, obedeced a vuestros amos, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor". Es increíble que dice "el bien que cada uno hiciere", cada pequeña porción de bondad que Dios nos capacite para hacer, va a tener una recompensa apropiada en el cielo. Eso significa que las buenas obras son anotadas y recompensadas. Y creo, aunque supongo que sobre esto hay un poco de controversia, que ese versículo no tendría sentido si todo el mundo recibiese el mismo nivel de recompensa.

Así que quisiera hacer un último apunte sobre este tema de la jerarquía. Suena como si la pregunta de Ken lo viese como algo negativo. Algo así como "Uf, la jerarquía en el cielo será algo malo", y quisiera animar a Ken y a todos los que escuchan a que lean lo que dice Edwards sobre esto. Dejad que os de una prueba de lo que dice. Este es de Edwards:

"Aunque todos estaremos perfectamente libres de orgullo, algunos tendrán grados mayores de conocimiento divino que otros, y tendrán una mayor capacidad para ver más de las perfecciones divinas, de manera que verán más de su propia pequeñez y su nada comparativa, siendo los más profundamente rebajados en humildad".
Cuando lees una frase como esta dices: "Bueno, esta es una clase de jerarquía que nunca ha existido antes".

Traducido de: http://www.desiringgod.org/interviews/will-some-saints-be-happier-in-heaven