Bien, la respuesta corta es que estoy de acuerdo con Edwards, pero algunas de las alternativas que pueden plantearse, pueden no ser correctas. Por eso, déjame que intente profundizar un poco y tratar de explicar lo que Edwards y yo queremos decir, poniéndolo en un contexto más amplio.
El Nuevo Testamento describe la relación entre nuestra obediencia y nuestra felicidad en la era por venir de tres formas. En primer lugar, la descripción más básica es que nuestra obediencia de ahora no es la base para ser aceptados por Dios en la era por venir. Nuestra obediencia no es el fundamento de que estemos en una posición justificada en su presencia.
Pablo dice de forma negativa: "por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él", y de forma positiva dice: "Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley". Esto es Romanos 3:20 y Romanos 3:28. Por tanto ninguna de nuestras obras, nada de nuestra obediencia forma parte de la base de nuestra justificación. Nunca podrá serlo, nunca es lo suficientemente buena. Nuestra obediencia siempre está contaminada, nunca es completa. Necesitamos a Cristo.
Por eso, podemos estar ante Dios en la eternidad y ser aceptados, amados, perdonados y justificados solamente en base a Cristo. Romanos 5:19 dice: "por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos". Eso es lo primero y lo más básico que podemos decir acerca de la relación entre nuestra obediencia de ahora, y la felicidad de la era por venir.
Número dos. El Nuevo Testamento también enseña que nuestra obediencia de ahora, confirma que hemos sido elegidos por Dios, llamados por Él, y nacidos de nuevo, y que tenemos la fe que salva. Así que aunque nuestra obediencia no es el fundamento de que Dios esté por nosotros, si es la confirmación de que Dios está al 100% por nosotros. Por ejemplo, 2 Pedro 1:10 dice: "procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás". Hebreos 12:14 dice: "Seguid la ... santidad, sin la cual nadie verá al Señor". Romanos 8:13 dice: "si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis". Así que la obediencia es necesaria para la vida eterna. No como fundamento, pero sí como confirmación.
Ahora existe una tercera descripción que es la más importante para la pregunta. El Nuevo Testamento enseña que nuestra obediencia tiene como resultado recompensas en la era por venir, y estas se diferencian unas de otras de acuerdo a la medida de nuestra obediencia. Así que la pregunta que era "¿Habrá distintos grados de santidad y felicidad, o entraremos al cielo iguales en santidad y felicidad por toda la eternidad? ¿Crees que habrá una jerarquía en el cielo?
Mi punto de vista creo que es el mismo de Edwards. Me ayudó mucho con esto. Seremos recompensados de manera distinta en la era por venir, pero todos seremos plenamente felices. No habrá faltante entre la capacidad para ser felices de las personas y la plenitud de su felicidad. No habrá frustración porque haya una diferencia. Y las recompensas, en su esencia (y quizás tengamos que hablar mucho más sobre esto) son las distintas capacidades para ser felices en Dios.
No es que sea como un Cadillac y un Chevrolet. Eso es irrelevante. Si llegas hasta la esencia de lo que será una buena recompensa en el cielo, es el saber, probar y tener la capacidad de un mayor deleite, percepción y disfrute de Dios. Y creo que eso es lo que Edwards quiere decir, cuando dice que hay distintos grados de santidad y gloria, ya que la esencia de la santidad y de la gloria es que el corazón atesore y estime a Dios por encima de todas las cosas.
Nuestra felicidad en atesorar a Dios, en hacer de Dios nuestro mayor tesoro, es nuestra santidad y nuestra gloria. Es por eso que Edwards habla acerca de diferentes grados de santidad y de gloria. No se trata de que haya gente profana en el cielo, o gente sin gloria o infeliz, sino que las capacidades de todos serán llenadas. Pero las capacidades son diferentes.
Y al ser esta la diferencia, no habrá envidia por parte de aquellos que tienen capacidades más pequeñas, ni tampoco habrá jactancia en aquellos que tienen mayor capacidad. La benevolencia de los mayores y la humildad será perfecta en ambos, así que no habrá pecado, resentimiento, celos, envidia, arrogancia o menosprecio. En ese sentido todos somos iguales. Todos seremos sin pecado. Todos estamos en el mismo lugar al pie de la cruz, dependiendo totalmente de la gracia para darnos toda medida de felicidad y santidad.
Quiero hacer otra aclaración. La obediencia cristiana, ahora y por siempre, es llevada a cabo por la gracia de Dios. En 1 Corintios 15:10 Pablo dice: "Pero por la gracia de Dios soy lo que soy ... he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo". Así que lo que Dios recompensa es el fruto de su propia gracia en nuestras vidas. No puede haber pensamiento en el sentido de que las recompensas las ganamos, de que estamos dando a Dios algo que no tenía antes, y que por tanto Él tiene que recompensarnos.
Y si te estás preguntando donde está todo esto en la Biblia, aquí tienes un par de textos, aunque hay más. 2 Corintios 5:10 dice: "Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo". Es asombroso. Existen consecuencias negativas y positivas en el cielo para los creyentes.
¿Qué quiere decir Pablo con estas consecuencias negativas, con lo bueno y lo malo? Creo que el texto más cercano que arroja luz sobre esta cuestión es 1 Corintios 3:14-15, y dice esto: "14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó [sobre Cristo], recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego". Por tanto habrá algún tipo de pérdida de lo que pudo haber sido, debido a que se construyó con madera, heno y hojarasca, en lugar de con plata, oro, y piedras preciosas.
Del mismo modo, en Efesios 6:8, Pablo enfatiza la correlación entre las buenas obras y las recompensas. Esto es lo que dice: "Siervos, obedeced a vuestros amos, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor". Es increíble que dice "el bien que cada uno hiciere", cada pequeña porción de bondad que Dios nos capacite para hacer, va a tener una recompensa apropiada en el cielo. Eso significa que las buenas obras son anotadas y recompensadas. Y creo, aunque supongo que sobre esto hay un poco de controversia, que ese versículo no tendría sentido si todo el mundo recibiese el mismo nivel de recompensa.
Así que quisiera hacer un último apunte sobre este tema de la jerarquía. Suena como si la pregunta de Ken lo viese como algo negativo. Algo así como "Uf, la jerarquía en el cielo será algo malo", y quisiera animar a Ken y a todos los que escuchan a que lean lo que dice Edwards sobre esto. Dejad que os de una prueba de lo que dice. Este es de Edwards:
"Aunque todos estaremos perfectamente libres de orgullo, algunos tendrán grados mayores de conocimiento divino que otros, y tendrán una mayor capacidad para ver más de las perfecciones divinas, de manera que verán más de su propia pequeñez y su nada comparativa, siendo los más profundamente rebajados en humildad".Cuando lees una frase como esta dices: "Bueno, esta es una clase de jerarquía que nunca ha existido antes".
Traducido de: http://www.desiringgod.org/interviews/will-some-saints-be-happier-in-heaven
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