Las palabras amables son cortas y fáciles de decir, pero su eco en verdad no tiene fin -Madre Teresa
¿Por qué nos cuesta tanto decir palabras amables?. Hay muchas excusas para no hacerlo:
"Si le digo que lo hizo bien se le subirá a la cabeza"
"No es para tanto, yo hago cosas como esa y mejores todos los días"
"No se, igual si le digo creerá que es por interés"
Recuerdo más de una ocasión en que las palabras de ánimo o reconocimiento de otra persona me levantaron. Cuando alguien nos dice algo que nos duele tendemos a grabarlo para siempre en la memoria, sin embargo las palabras amables son un poco más duras de grabar. Si es así... ¿para qué pensarlo tanto antes de decirlas? no busques excusas ni frenes una palabra amable en tus labios, si la sientes, dila ya. Puede que la persona que las reciba las recuerde para siempre.
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