jueves, 14 de agosto de 2014

Jesús es quien estás buscando. Devocional John Piper 20/08

Mateo 28:18-20: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo"

 

El último capítulo de Mateo es una ventana que se abre a la gloria del amanecer del Cristo resucitado. A través de él podemos ver al menos tres grandes cimas en la cordillera del carácter de Cristo: La cima de su poder, la cima de su bondad, la cima de su plenitud de propósito.

Y todos sabemos en nuestro corazón que, si el Cristo resucitado ha de satisfacer nuestro deseo de admirar grandeza, esta es la forma en que debe ser.

La gente que es demasiado débil para cumplir sus propósitos no puede satisfacer nuestro deseo de admirar la grandeza. Aun admiramos menos a la gente que no tiene propósito en la vida. Y aun menos a aquellos que tienen propósitos que solo son egoístas o crueles.

Lo que queremos ver y conocer es a una Persona cuyo poder sea ilimitado, cuya bondad sea tierna, y cuyo propósito sea único e inquebrantable.

Los novelistas, poetas, creadores de películas y guionistas de televisión de vez en cuando crean alguna sombra de esta Persona. Pero no pueden llenar nuestro anhelo más allá de lo que el National Geographic de este mes puede satisfacer mi anhelo por el Gran Cañón.

Hemos de tener lo verdadero. Hemos de ver al Original de todo poder, bondad y propósito. Hemos de ver y adorar al Cristo resucitado.

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