jueves, 6 de febrero de 2014

¿Por qué los Malos no Son Castigados?

Mucha gente se pregunta ¿Por qué hay tanta injusticia en el mundo? ¿Cuándo se va a acabar tanta maldad? ¿Por qué Dios no castiga el mal? la respuesta es: Por paciencia, benignidad, y en espera del arrepentimiento. Nunca por injusticia.

El incrédulo cree que puede actuar como quiera, porque no habrá consecuencias. Dice "Mira, hice algo malo y no pasó nada, nadie me castigó, ni lo va a hacer. Por tanto seguiré haciéndolo". Aún muchos creyentes piensan a veces que el mal parece campar sin control y sin consecuencias aparentes.

Pero esto es confundir paciencia con injusticia:

Romanos 2: 4-9
4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; 9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego,

El incrédulo que en su maldad dice "no habrá consecuencias" y continúa haciendo mal sin arrepentirse, es como un hombre que afirma que la gravedad no existe. Para demostrarlo se tira de un rascacielos de 20 plantas, y cuando va por el segundo piso, a punto de estrellarse contra el suelo, grita:

-"¡Ves, te lo dije! ¡No pasa nada!"

-Basado en un post de Ray Comfort

miércoles, 5 de febrero de 2014

Leonard Ravenhill sobre David Livingstone

"En Escocia, a nueve millas de Glasgow, hay una gran casa, un monumento nacional a David Livingstone. Allí hay un modelo que muestra como era el cuarto donde murió, el lugar en el que oró durante años y años. Es una casa como las de la India, hecha de bambú y con hojas cosidas. Y allí estaba, arrodillado sobre la cama (si puede llamarse así a dos palos de bambú con algunas hojas encima), con la llama de una vela temblando cerca de él. Decían que cada noche el se arrodillaba en esa cama y lo escuchaban clamar con sus manos levantadas: "Dios ¿cuándo serán sanadas las heridas del pecado de este mundo?"

Él luchó contra los tratantes de esclavos Portugueses. Hizo muchas, muchísimas cosas maravillosas. ¿Por qué? Porque tenía su Getsemaní particular. Su preciosa esposa murió y la tuvo que enterrar en la jungla junto con el hijo que llevaba, al lado de su madre. También otro hijo que tuvo murió, y lo enterró.

Pero la tristeza no cambió su celo por Dios, sino que añadió combustible a la llama. "El diablo está intentando robarme, el diablo está intentando obstaculizarme", decía, y trabajaba aún con más ahínco. Oró más de lo que había orado nunca. Decían que noche tras noche su voz hacía eco a través del bosque, "Oh Dios ¿cuándo serán sanadas las heridas del pecado de este mundo?"

- Leonard Ravenhill

Traducido de http://www.leonard-ravenhill.com/thoughts-on-the-life-of-david-livingstone/233.html